El comercio es el alma del Comité del Pueblo

Actividad. Las calles del barrio se llenan a todas horas de movimiento y comercio.
Actividad. Las calles del barrio se llenan a todas horas de movimiento y comercio.

En una sola cuadra de la avenida Jorge Garcés, la principal arteria del Comité del Pueblo, se puede encontrar una variedad de negocios como peluquerías, carnecerías, fruterías, tiendas de ropa, panaderías, ferreterías y locales de abarrotes o aparatos electrónicos.

Este barrio, nacido hace 42 años como fruto de una gran ola de migración interna, sobre todo desde las provincias del norte del país, desde sus inicios ha sido una zona de emprendimiento, donde la mayoría aspira a tener su negocio propio.

Alicia Rodríguez, dueña de una tienda de abarrotes, contó que llegó con sus padres desde Tulcán siendo una niña, hace más de 30 años. Ahora ella y sus cinco hermanos tienen negocios en el barrio.

“En el Comité no confiamos en las autoridades y no queremos depender de nadie, por eso es tan fuerte el espíritu emprendedor y comerciante. Aquí quien logra ahorrar un dinero ya está pensando en qué negocio se puede hacer”, aseveró.

‘Buscamos salir adelante’

No todos los negocios son completamente formales, caminando por la Jorge Garcés se puede observar que casi cada 10 metros hay una carnicería surtida con todo tipo de carnes y embutidos. Los productos llegan de manera precaria a estos sitios, sobre el balde de camionetas y pequeños camiones.

El dato
En el Comité del Pueblo viven alrededor de 46.000 personas, en una extensión de 200 hectáreas, donde en los años 60’ existían grandes haciendas como La Eloísa y Carretas.“La mayoría de las piezas de carne, pollo o embutidos llegan de camales informales de Mejía o Machachi. Los productos son más baratos que otros lados. Nosotros buscamos trabajar de la mejor manera, a pesar de las trabas burocráticas y la lista de permisos para un negocio”, comentó Bolívar Minda, dueño de una carnicería.

La respuesta más recurrente a la pregunta de ¿por qué hay tanto negocio en el Comité del Pueblo? tiene que ver con el desengaño ante la inoperancia de cualquier tipo de estamentos públicos, dicen.

“Mire cómo están las calles, las autoridades se acuerdan poco o nada de nosotros. Si por los gobiernos fuera no tendríamos trabajo y nos moriríamos de hambre. Por eso ponemos nuestros negocios y buscamos salir adelante por nosotros mismos”, afirmó Claudio Murgueitio, dueño de una zapatería.

Comercio en las calles

Pero además de los negocios establecidos en locales, hay una realidad creciente de ventas callejeras. Tanto nacionales como extranjeros, en los últimos tiempos más colombianos, venezolanos y cubanos, pueblan las veredas y esquinas con una variada oferta. Desde empanadas con café, arrepas con jugo, implementos electrónicos, frutas y verduras, hasta cigarrillos de toda marca y papel higiénico, se comercian a todas horas, voceados con diferentes entonaciones y modismos.

Mauricio Martínez, morador del sector desde hace más de 20 años, dijo que además del gran espíritu comerciante, el Comité del Pueblo es uno de los pocos barrios donde todavía es posible ver a las personas saludándose en la calle con familiaridad.

“Aquí todos nos tratamos de vecinos y estamos pendientes de ayudarnos. A pesar del crecimiento del sector, todavía se mantienen muchas de las costumbres provincianas de los primeros habitantes”, concluyó (JS)