Angelitos aprenden jugando con el balón en la Fundación El Triángulo de Quito

JUEGO. Las clases son lúdicas y buscan que los niños aprendan jugando.
JUEGO. Las clases son lúdicas y buscan que los niños aprendan jugando.
DINÁMICA. José Javier Larrea  enseña a los chicos a realizar los ejercicios.
DINÁMICA. José Javier Larrea enseña a los chicos a realizar los ejercicios.
PREMIO. Al final de la clase, el instructor coloca un sello de colores en las manos de los niños.
PREMIO. Al final de la clase, el instructor coloca un sello de colores en las manos de los niños.
INSTRUMENTO. El balón de fútbol es el recurso que se utiliza para el aprendizaje.
INSTRUMENTO. El balón de fútbol es el recurso que se utiliza para el aprendizaje.
ALEGRÍA. Una de las participantes de la clase disfruta de la actividad.
ALEGRÍA. Una de las participantes de la clase disfruta de la actividad.

El proyecto ‘Tu sonrisa es mi gol’ contribuye en el desarrollo de los niños con Síndrome de Down de la Fundación El Triángulo.

El sonido de un silbato indica que la actividad va a comenzar. Sentados en círculo, nueve chicos de 10 años siguen las indicaciones de José Javier Larrea.

¿Dónde están los ojos? Pregunta el profesor y le entrega un balón al primero que responde correctamente.

Cuando todos tienen una pelota de fútbol en las manos, Larrea dice que las golpeen como si fueran tambores. Entonces, el salón de eventos de la fundación El Triángulo se vuelve el escenario de una improvisación musical. Esa es la metodología del proyecto ‘Tu sonrisa es mi gol’, explica el instructor antes de iniciar la clase.

Durante 40 minutos, el balón se vuelve un instrumento que contribuye al aprendizaje de los niños que estudian en la fundación. Las actividades están organizadas en talleres para el desarrollo sicomotriz y se enfoca en las necesidades especiales que requieren.

Dinámica
Conforme avanza la jornada, los pequeños de cuarto año de educación básica corren, saltan, se arrastran y dominan el esférico. Jamileth, de 10 años, se ríe mientras esquiva los triángulos de colores que están sobre el suelo.

“Ellos esperan ansiosos a que lleguen los viernes”, dice Tatiana Castillo, la maestra permanente del grado, quien también participa en las clases. Comenta que, en septiembre, cuando iniciaron las clases, hubo un proceso de adaptación para que los angelitos se acostumbraran a esta metodología. Eso fue rápido, porque empezaron a disfrutar las clases en poco tiempo.

Castillo destaca la manera en que José Javier Larrea desarrolla las actividades. En pocos meses se ha ganado la confianza de los alumnos. Ellos lo miran a cada momento y siguen sus indicaciones.

Larrea es sicólogo y empezó a trabajar con niños desde hace cuatro años, en Buenos Aires, Argentina. Él fue el creador del proyecto que empezó en 2017 como parte de la responsabilidad social de ‘Little Kkickers Ecuador’.

Para él, trabajar con los chicos es una experiencia única que se justifica cada día por las muestras de cariño con las que le reciben. Como profesional, dice que la actividad, además de ayudarles a nivel físico por el ejercicio, les aporta en todo sentido, porque es lúdica y se puede ver cómo los niños se sienten a gusto interpretando un toro, un caballo, un perro, haciendo sonidos o simplemente abrazando el balón.

“Ellos siempre están imaginándose las historias que les cuentan y pueden permanecer concentrados”, agrega Julián Mora, presidente de la academia de fútbol que promueve el proyecto. Él ha estado siempre al pendiente del desarrollo de las clases. Ahora anima a otras personas a que se sumen a iniciativas como estas para que la educación de los niños con capacidades especiales se dé sin ningún impedimento.

A pesar de que lo que reciben los niños no es un entrenamiento de fútbol, ellos se sienten futbolistas. Hacen goles, los celebran y comparten con alegría, comenta con una sonrisa Mora.

El proyecto
Con la pierna derecha sobre el balón, los niños se quedan de pie como si estuvieran a punto de ingresar a una cancha. “Pose de futbolista”, dice José Javier Larrea y también se queda estático unos segundos.

Los ejercicios siempre se vuelven más exigentes y ahora Juan Camilo, uno de los pequeños, corre a velocidad tras la pelota. Todos van de un lado a otro concentrados en realizar los ejercicios que explica el profesor.

El proyecto involucró también a las familias de los chicos y la idea es que puedan compartir con quienes practican fútbol en la academia ‘Little kickers Ecuador’. Julián Mora comenta que en los próximos meses se realizará una actividad en la que van a participar los niños del proyecto ‘Tu sonrisa es mi gol’.

La clase va llegando al final y Larrea llama a todos los niños para que detengan sus actividades. ¿Quieren darle de comer un balón al monstruo?, dice y juega con la red de pelotas simulando que es una boca. Los niños ríen y colocan los objetos en su lugar. Todos se reúnen en círculo, ponen sus manos una sobre otra, en el centro y se despiden con un: ‘Little kickers’, que resuena en el salón. (PCV)

En busca de apoyo
° Para que el proyecto se pueda mantener el próximo año lectivo, Little Kickers Ecuador empezó una colecta virtual que arrancó el lunes 5 de enero y termina el martes 6 de abril. La meta es recolectar 7 mil dólares. Al momento han recaudado 3.400 dólares a través de la página de crowdfunding hazvaca.com

El monto mínimo de donación es de 10 dólares. Las recompensas van desde pulseras del proyecto con mensajes de gratitud, hasta camisetas autografiadas por el futbolista Antonio Valencia.

Pasos

Para donar:

° Registrarse en la página hazvaca.com
° Buscar la campaña #TuSonrisaEsMiGol
° Seleccionar el valor que quiere aportar.