Trabajos Metro de Quito: Terminan obras exteriores en San Francisco

TRABAJOS. Obreros retiran el cerco que cubría los trabajos en la que será la parada del metro en la plaza de San Francisco.
TRABAJOS. Obreros retiran el cerco que cubría los trabajos en la que será la parada del metro en la plaza de San Francisco.

La primera malla que cayó fue la de la calle Sucre. Armados con playos, cuatro hombres con cascos y trajes de color naranja retiraron en 20 minutos lo que durante casi dos años había cubierto los trabajos del Metro en la plaza de San Francisco.

La pelota pequeña con la que jugaban tres niños ya no chocó más contra el cerco y Pablo Velasco, fotógrafo en el lugar, dejó de espiar discretamente por los espacios que quedaban entre la lona verde. Por fin vio el panorama completo.

El pequeño Anderson, de 4 años, posó frente al celular de su papá sentado en una de las bancas que permaneció dentro del cerco.

Luis Fernando Noboa, quien ha cuidado autos en los alrededores de la plaza por más de 37 años, ayudó a sostener las mallas que caían una a una. Se mantuvo alerta al igual que otras personas que se quedaron contemplando la caída del muro más reciente que acogió a más de 100 obreros y el que volvió al lugar un enigma que hará que la leyenda de Cantuña ya no sea la única que se cuente.

Noboa, como otros vecinos del sector, recordará que fue un jueves 31 de abril de 2016 en el que quitaron la primera piedra y que fue un domingo 18 de marzo de 2018 en el que el panorama volvió a cambiar.

‘Los que comieron polvo’

Junto a un caballo de juguete de unos 40 cm de alto, Pablo Velasco ha pasado los últimos 11 años de su vida sacando fotos instantáneas de niños y turistas. Cuando cercaron la plaza se preocupó. Pensaba en los clientes que perdería, pero se mantuvo ahí. Veía de cerca los trabajos y comentaba con la gente que pasaba. Los ruidos se volvieron parte de una rutina en la que conversaba con los turistas y les contaba, a su manera, “la verdadera historia de Cantuña”.

El día de la caída hablaba como siempre con su compañero de trabajo, un hombre de mediana edad que lanzaba granos de canguil para que las palomas vuelen cuando iban a sacar una foto. Sus expectativas eran distintas a las de hace meses. Tenían otras incertidumbres: ¿llegará más gente?, ¿nos desalojarán del lugar?

También se hacía esas preguntas David Viteri, propietario de un bazar ubicado en la calle Benalcázar. Decía que la construcción había marcado un antes y un después en su negocio. A sus 31 años arrendaba el local y había tenido de vecina a la construcción de una de las 15 paradas del Metro. Fue testigo de las etapas por las que pasó la obra.

Una de las que más llamó su atención y la de la ciudad fue cuando en septiembre de 2016 se encontraron vestigios bajo tierra. Los medios de comunicación se pusieron en alerta e incluso en redes sociales se difundían fotografías. Los trabajos continuaron ese año después de que la Empresa Pública Metropolitana Metro de Quito (Epmmq) informara a través de un comunicado que los hallazgos eran tres cámaras cavadas en cangagua, con secciones de canales y tuberías de agua manipuladas recientemente. De eso se había entregado un informe de 700 páginas al Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC).

Entre los comentarios y las expectativas, Viteri, como otros de sus vecinos, se había encargado de limpiar continuamente los productos que se llenaban de polvo en sus estanterías. Además de demostrar su incertidumbre, ayer mientras retiraban las mallas, él pedía que se reforzara la seguridad del sector. Desde la puerta de su local había visto cómo habían asaltado a mucha gente y cómo por la circulación de buses, la calle en la que está su negocio se había llenado de más esmog.

“Comimos polvo desde el primer día”, decía Fernanda Palacios mientras entregaba un helado de hielo a sus clientes. Su puesto ha estado en la esquina de la Sucre y Cuenca desde hace más de 10 años y también ha sido parte de la asociación de heladeros de Quito. No se había ido porque su lugar era fijo, igual que el de algunas personas que conocía.

PANORAMA. Desde la esquina de la Benalcázar y Bolívar, la plaza se veía de nuevo después de dos años.
PANORAMA. Desde la esquina de la Benalcázar y Bolívar, la plaza se veía de nuevo después de dos años.

El entorno

El domingo de misa también se convirtió en una jornada de trabajo. De un lado, la gente que salía de la iglesia se encontraba con el ruido de cortadores que quitaban las mallas. Un grupo de catequesis entregaba panes y jugo a unos 10 ancianos que estiraban la mano a cada persona que pasaba. La música religiosa salía de un parlante pero se confundía con el sonido de las herramientas.

Antes de las 14:00, los trabajadores llegaban para empezar con una jornada distinta a la de todos los días. José Vaca registró con un dispositivo electrónico a los obreros. Él ha sido parte de la seguridad de la obra desde hace meses.

En el sitio había escuchado historias de los obreros: ruidos que no los dejaban dormir y quejas de los vecinos que les reclamaban por varias cosas. Mauricio Zambrano, de 36 años, estaba preparado a retirar el muro.

Él había estado en la construcción hace 10 meses. Llegó cuando empezaron a levantar los pilones (bases estructurales). “Somos como una familia, pasamos más tiempo aquí que en la casa”, decía entre risas cuando hablaba de su jornada laboral.

El ingreso estaba por la calle Simón Bolívar, pero ese también cayó. Queda lista para su inauguración y las festividades de Semana Santa, una plaza de contrastes.

De un lado, las piedras que se volvieron a colocar numeradas. Sin césped creciendo entre sus uniones y totalmente limpias. Del otro lado, las piedras que soportaron, igual que los comerciantes, dos años de polvo. (PCV)

Detalles

Cronología

31 de abril de 2016 se retiran las primeras piedras de la plaza

20 septiembre de 2016 se presenta informe de vestigios encontrados

20 de abril de 2017 se inician los trabajos de construcción

18 de marzo de 2018 se retira el cerco de la mitad de la plaza

19 de marzo de 2018 se presenta la obra terminada en exteriores, continúan trabajos bajo tierra.

Notas relativas

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