Cinco camales clandestinos contaminan afluentes del Pasochoa

Faenamiento. Uno de los camales clandestinos opera en el barrio San José Obrero, junto a una iglesia evangélica. A las reses las mantienen en un corral.
Faenamiento. Uno de los camales clandestinos opera en el barrio San José Obrero, junto a una iglesia evangélica. A las reses las mantienen en un corral.

Existen sitios que reciben descargas de heces, sangre y vísceras de las reses que sacrifican diariamente.

Los jueves y domingos de feria en el mercado y la Plaza César Chiriboga de Sangolquí, en el Cantón Rumiñahui, se comercializa la carne de res y de cerdo con total normalidad. Lo que ignoran los usuarios es que proviene de camales que están funcionando de manera clandestina, no autorizados.

Al llegar al poblado de Cotogchoa, parroquia rural de Rumiñahui, ubicada al sur occidente del cantón, a pocos kilómetros del parque industrial, en cambio la gente tiene claro que en este sector estarían operando tres de los cinco camales ilegales y que de este sitio sale la carne para la venta.

En el barrio San Juan Obrero está uno de estos camales. Al acudir al lugar se pudo comprobar que en el interior de una casa se han construido los corrales en los que mantienen a las vacas que van a ser sacrificadas y hay otras áreas en las cuales se presume realizan el faenamiento, pero no permitieron el ingreso.

Uno de los trabajadores dijo que no es la persona autorizada para dar declaraciones, pero no desmintió que funcione un camal en este sitio. Cuando se le preguntó si sacrifican reces, señaló que sí, pero que el responsable del lugar no estaba.

La operación de este camal y de otros que estarían en el mismo sector, generaría problemas a los ríos y quebradas del Pasochoa, Refugio de Vida Silvestre, una de las principales reservas naturales de Pichincha.

Ambiente. El rio contaminado, según los moradores, es un afluente del Pasachoa que desemboca en el San Pedro.
Ambiente. El rio contaminado, según los moradores, es un afluente del Pasachoa que desemboca en el San Pedro.

Quejas de los moradores
Según Juan Gualotuña, vecino, uno de los ríos atraviesa el poblado y a ciertas horas del día emana un olor insoportable, nauseabundo, porque sobre este se desechan vísceras, sangre y restos de heces de los animales sacrificados.

Gonzalo Topón, morador del sector, corroboró con la denuncia. Manifestó que las aguas son rojas de la cantidad de sangre que baja y que las vísceras se descomponen y atraen a las ratas y los gallinazos.

Guadalupe Pachacama también se quejó por los malos olores que genera el río a consecuencia de la descarga del camal clandestino y pidió a las autoridades hacer algo para evitar la contaminación de la que están siendo víctimas.

Normativa. En la parroquia de Cotogchoa se concentran tres de los cinco camales clandestinos que están operando en Rumiñahui.
Normativa. En la parroquia de Cotogchoa se concentran tres de los cinco camales clandestinos que están operando en Rumiñahui.

Esperan lo ofrecido
Uno de los introductores de ganado de la zona, quien prefiere mantenerse en el anonimato, comentó que llevan años esperando el camal ofrecido por la actual administración municipal y que el mismo alcalde Héctor Jácome informó que se haría con un préstamo con el Banco de Desarrollo del Ecuador con un crédito de 6 millones 550 mil dólares. .

EL DATO
La parroquia de Cotogchoa es la segunda más poblada de Rumiñahui. Se estima que en este cantón se faena un promedio de 100 porcinos diariamente. Recordó que al dar de baja al camal por malas prácticas ambientales, cuya infraestructura todavía se mantiene en el barrio Cachaco, se dejó a la deriva a decenas de introductores de ganado menor, porque se tiene que tomar en cuenta que Rumiñahui es reconocido como la capital del hornado.

Esto habría obligado a que muchos de los comerciantes desposten los animales en sus casas. Hace dos años se dijo que reveló por parte de Agrocalidad, a través de la Dirección de Salud del Municipio de la localidad, que habían unos 100 camales que operaban de forma clandestina en barrios urbanos como San Pedro de Taboada, Selva Alegre y otros.

El comerciante comentó que como una forma de regulación se han agrupado entre algunos introductores de ganado y han tratado de construir pequeños camales; sin embargo, agregó que no cuentan con el permiso de uso de suelo y además tienen el rechazo de la población. (PSD)