Se dio el ‘lujo’ de ser traicionado por dos presidentes: el pícaro Correa, que lo enjuicio por calumnias, y el actual presidente de Colombia. Balda huyó a Colombia para evadir la cárcel y fue abordado por Raúl Chicaiza, Jessica F y Jorge E, enviados y subvencionados por la Senain para eliminarlo (cambiarlo de ideología). Taxistas presenciaron el secuestro el 13 de agosto de 2012 y lo frustraron. Balda, que apoyó al presidente Santos durante el ataque de Angostura, fue extraditado al Ecuador mediante un pacto por el cual Correa le ‘perdonaba’ a Santos parte de la indemnización a pagar por los daños de la aspersión de glifosato en la frontera, con tal que devolviera a Balda. Así sucedió y fue encarcelado por dos años. Acusación y juicio fueron olvidados hasta la asunción de este gobierno. Chicaiza se convirtió en colaborador de la justicia y empezó a contarlo todo: nombres, órdenes, cartas, cheques firmados por la Secretaria de la Presidencia, facturas por hoteles en Colombia y otras pruebas (240.000 dólares) que señalan a Correa como autor intelectual del plagio. Este delito de lesa humanidad será pieza fundamental en el juicio a Correa que iniciará pronto un fiscal no sumiso.
Dr. Carlos Mosquera Benalcázar
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