Tom Wolfe

Roque Rivas Zambrano

Pasar desapercibido no era una opción. Aunque no consiguió cumplir el sueño de ser un afamado jugador de béisbol, Tom Wolfe, el dandi que se apoderó de Nueva York, se consagró por ser el padre de lo que el mismo bautizó como “nuevo periodismo”.

A los 87 años, el escritor estadounidense, que vestía elegantes trajes de tres piezas hechos a la medida, falleció tras haber sido hospitalizado por una infección. Su legado es invaluable: logró que el periodismo se leyera como novela, al añadirle a sus trabajos elementos literarios y al atreverse a crear textos que tuvieran toda la rigurosidad pero, a la vez, el poder de conmover.

Al abordar temas sobre poder, racismo, corrupción, consiguió reivindicar el realismo como estética. Además de sentar precedentes para una nueva escritura, caracterizada por la precisión. Algunos de los “trucos” para conseguir textos con estas características son:

Construcción por escenas. La linealidad se ve alterada al contar la historia saltando de un hecho a otro. Los periodistas deben ser testigos directos de la vida de otras personas y recabar información relevante que permita construir un relato en varios tiempos.

Registro de diálogos completos. El diálogo realista logra captar la atención del lector y situar al personaje con mayor rapidez.

Narrador en tercera persona. Este es el punto de vista más efectivo para adentrarse en los pensamientos ajenos y para hacer que el lector se enganche y se identifique con los personajes.

Dibujar los personajes. Es preciso mostrar a las personas, registrando todo tipo de detalles: costumbres, formas de vestir, comportamientos. Y este dandi consejero tenía una estrategia mayor: prefería temas que escuchaba en las conversaciones y de los que nadie se atrevía a escribir…

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