Yumbada hizo ‘zapatear’ a Cotocollao

La Fiesta Mayor de Cotocollao cerró tres días de celebración con música y baile.

Apresurado, José Simbaña, de 40 años, se vestía con el traje de ‘Yumbo’ que le dejó su padre. Ayer, en el tercer y último día de la Yumbada de Cotocollao, usó la máscara, la corona, los pañuelos y los vestidos para honrar la memoria de quien había sido su referente del baile y la tradición.

Llegó a la plaza de Cotocollao, en la que se celebró la Fiesta Mayor de la Yumbada, con su hijo que desde hace tres años también participa representando a un ‘Mono’.

Al mediodía, en el centro de un círculo formado por vecinos y turistas locales, unos 40 bailarines vestidos de los personajes tradicionales -como capariches, negros y payasos- ya bailaban al ritmo de las trompetas de la banda.

Esta fue la primera celebración en la que Simbaña se presentó como un “yumbo por herencia”, pues bailar en las festividades se volvió una manera de conservar la tradición familiar. Su padre falleció hace pocos meses y él recordó con cariño que había bailado desde los 12 hasta los 93 años.

Durante ese tiempo, se vistió de yumbo, igual que él, en una celebración en la que los integrantes de la Yumbada de Cotocollao ‘zapatean’ fuerte durante tres días, para agradecer a la tierra por todo lo que les ha dado.

Y es que la Yumbada de Cotocollao se vive en familia. Los vecinos, dirigidos por Fanny Morales, la cabecilla de los yumbos, se reúnen para mantener la tradición de los Yumbos que vivieron en el mismo territorio hasta el siglo XVII, antes de la conquista española.

Celebración
Los ritmos ecuatorianos acompañaron al baile y se complementaron con los sonidos de los accesorios de los personajes de la yumbada. En el caso de los yumbos, uno de sus elementos sonoros son las hullcas (collares de conchas y mullos) que suenan para proveer protección a los corazones y conferir propiedades mágicas a los que las usan, según la tradición.

EL DATO
Los bailarines de la Yumbada de Cotocollao llevan una lanza de chonta negra que representa a los rayos del sol.Dentro de sus ‘shigras’, como se conoce a los bolsos en quichua, colocaron tapas de botellas o elementos sonoros que se movieron con el baile y se volvieron instrumentos de percusión. Las hermanas Erika (31) y Valeria (30) Cabezas llegaron al lugar para ver el baile.

Ellas viven por el sector El Inca y habían visto Yumbadas de otras partes de Quito pero no en Cotocollao. La menor de ellas comentó que “ver los trajes, las máscaras y los accesorios es lo que más llama la atención” de la fiesta. Este año, notaron que la Yumbada se realiza en la misma época del Inti Raymi, por lo que la encontraron aún más valiosa.

Por más de dos horas, los danzantes bailaron sin descanso para luego ser parte de una Pamba Mesa (comida compartida) en agradecimiento a la Pacha Mama (Madre Tierra) y a San Sebastián, patrono de los yumbos; y de ceremonias de la matanza y el curiquingue que forman parte de la celebración mística que no muere a pesar del tiempo. (PCV)

Festejo místico
° La Yumbada de Cotocollao se realiza durante tres días de junio de todos los años. Sus personajes principales son el yumbo (masculino o femenino) y comparte el baile con los monos, considerados sus protectores y los mamacos o pingulleros, encargados de tocar un pequeño tambor y un pingullo (flautín andino) de tres notas. Empieza la noche del viernes con el llamado a los danzantes y termina el domingo con la Fiesta Mayor.