La Floresta busca un equilibrio entre lo tradicional y lo nuevo

Modernidad. Los restaurantes que hay en la zona tienen una gran propuesta gastronómica y atraen a los amantes de la buena comida.
Modernidad. Los restaurantes que hay en la zona tienen una gran propuesta gastronómica y atraen a los amantes de la buena comida.

La gente del emblemático barrio busca formas para mejorar la convivencia.

Al caminar por las calles de La Floresta, un barrio de 101 años, se percibe un ambiente de tranquilidad e historia. En muchos de sus rincones se conserva la arquitectura de antaño, que consta de una fachada con grandes ventanales y un jardín con flores y árboles frutales.

La buena vecindad es otra característica tradicional de este barrio que actualmente acoge una gran propuesta cultural y bohemia.

Alexandra Moshenek vive desde hace 17 años en este rincón y asegura que en este barrio pudo reencontrarse con sus raíces.

“La Floresta es uno de los pocos barrios en los que los vecinos, que han vivido años ahí, se conocen entre sí. No es de extrañar que locales que han estado aquí durante años hayan visto crecer a muchos de los niños que solían jugar fútbol en las calles”, cuenta añorando la vida que había “antes de la tecnología”.

Moshenek es parte del Colectivo Cultural La Floresta, que fue creado por varios vecinos del barrio hace cinco años, con el objetivo de mantener las costumbres que “se han perdido de a poco con la llegada de nuevos habitantes al sector”.

“Buscamos mantener el equilibrio entre lo tradicional y lo que se sigue incorporando al barrio, sin perder a los vecinos que viven durante décadas aquí”, detalla.

Ferias gastronómicas y de artesanías son parte de las actividades que realiza este grupo, que atesora las propuestas culturales y sociales que unen al sector. En estos actos se da espacio a los emprendedores para brindarles una plataforma que les permita dar a conocer sus productos e incentivar la economía local.

“Organizamos las ferias tres veces al año: día de la madre, verano y Navidad”, comenta Moshenek.

Rincones. Talleres, galerías y locales de artesanías también tienen su acogida.
Rincones. Talleres, galerías y locales de artesanías también tienen su acogida.

Un barrio ‘hipster’
En los últimos años, el ambiente peculiar de este barrio se ha visto combinado con varios elementos que lo conjugan con toques modernos, atribuidos a los nuevos vecinos que llegan al sector. Ellos lo definen como un barrio ‘hipster’.

Ana Cristina Franco, quien vive en La Floresta desde hace cuatro años, destaca las características cambiantes de este lugar. Explica que en varias zonas se puede ver este contraste y equilibrio entre lo tradicional y las nuevas propuestas que se abren por los jóvenes que llegan a vivir y trabajar en el barrio.

Esto lo recalca Pablo Alvarado, un joven ambateño de 18 años, que vive en Quito. Él es uno de los visitantes frecuentes que acuden a distraerse a este barrio. “Más allá de las cafeterías, galerías de arte o restaurantes icónicos, lo que me impresiona de La Floresta es que no tienes ni idea de lo que te podrás encontrar en la siguiente esquina”, refiere.

Paisaje. Las calles y esquinas de La Floresta tienen gran identidad y encanto.
Paisaje. Las calles y esquinas de La Floresta tienen gran identidad y encanto.

Diversidad y buen gusto
Dentro de las ofertas que La Floresta exhibe, tanto a sus habitantes como a sus visitantes, se encuentra una gran variedad gastronómica, que incluye desde platos típicos hasta restaurantes de comida vegana o vegetariana.

“Los mayores atractivos de este barrio se encuentran en su oferta gastronómica”, sostiene Bernarda Erazo. Ella tiene 27 años y ha conocido La Floresta desde su juventud, debido a los restaurantes y los bares que acoge el barrio.

Aunque no vive en este sector, acude seguido a divertirse o a caminar junto con sus amigas.

“La Cleta, La Cafetina, el Ochoymedio, La huerta y Máquina y La Floresta Brava son los lugares que mas suelo frecuentar”, dice. “Estos son sitios donde prevalece la cultura, junto con una variedad de ofertas gastronómicas”.

El restaurante Casa Warmi, ubicado en la calle Pontevedra N24-240 y Guipuzcoa, es uno de los establecimientos representativos de este rincón quiteño. Ahí, el menú cambia cada dos meses con platos que pueden incluir ingredientes como mashua, ocas, quinua, chocho, variedades de papas nativas, entre otros. Además, incluye una carta exclusiva para vegetarianos.

34.000
habitantes hay en La Floresta.Este local también ofrece alrededor de 92 productos que se venden en conservas a los clientes. Entre estos se encuentran mermeladas, salsas, aderezos y condimentos naturales.

El Ajicero, es otro restaurante que se ubica en la calle Lugo y Valladolid. Ahí, la oferta conlleva platos más tradicionales como tortillas de maíz, carne deshilachada, caldos tradicionales, entre otros platos.

Lolita Morales, quien trabaja en este lugar, destaca la gran acogida que tienen en el sector. “Muchos visitantes extranjeros llegan al restaurante para probar un poco de la gastronomía ecuatoriana”, detalla.

Estos son algunos de los comercios que deleitan a las personas que viven o acuden al sector para probar los sabores tradicionales o las fusiones que enriquecen la gastronomía nacional.

Un punto emblemático
Sin duda, el lugar más emblemático en temas gastronómicos de esta zona se encuentra en el Parque Navarro, ubicado en la calle Iberia y la Av. Ladrón de Guevara.

De 16:00 a 23:00 esta zona se convierte en una feria de comidas típicas, entre estas destaca la tripa ‘mishqui’, un platillo emblema de La Floresta. Además, también se puede encontrar morocho, empanadas de viento, ‘yaguarlocro’, fritadas, entre otros manjares de la gastronomía.

Los veganos y vegetarianos también son consentidos en este sector. “Aquí se encuentran varios restaurantes vegetarianos o veganos que permiten que personas que no comen carne disfruten también de la diversidad en platos de comida”, recalca Melanie Aguilera, de 18 años. Ella suele comer en estos sitios cuando tiene horas huecas en un instituto del sector. (ECV)