La quebrada Río Grande se rellenará con escombros

ESPACIO. la escombrera Parque Río Grande se habilitó Junto al parque lineal de la Ajaví.
ESPACIO. la escombrera Parque Río Grande se habilitó Junto al parque lineal de la Ajaví.

En siete meses, la quebrada Río Grande, ubicada en la Av. Ajaví, se rellenará con 267.000 metros cúbicos de escombros. Esa es la proyección que ha planteado la Empresa Pública Metropolitana de Gestión Integral de Residuos Sólidos (Emgirs), que habilitará ahí la nueva escombrera de la ciudad.

El sitio empezó a funcionar ayer como la tercera escombrera manejada por la empresa, y la primera que se habilita este año. El ingreso para las volquetas será por la Av. Cardenal de La Torre y solo se permitirá rellenar la quebrada seca con desechos de construcción.

El terreno es público y la asamblea de vecinos que aprobó que la Emgirs interviniera en el lugar ha planteado que después de esta intervención, se adecuarán espacios verdes para recreación.

Pedido ciudadano
Los barrios que se beneficiarán con el relleno de la quebrada son: Isla I y II, Solanda, Gatazo y la Dolorosa del Valle, donde hay problemas de inseguridad. “Robos, violaciones, asesinatos, de todo ha pasado aquí”, comentó Vicky Jarán, quien vive en el pasaje S17B y Sozoranga. “Hace unos meses, a uno de sus vecinos lo asaltaron en el sector y lo dejaron medio muerto en la quebrada”, acotó

EL DATO
Las dos escombreras que están habilidadas en la ciudad son las de Cocotog y el Valle de Los Chillos. Los problemas no son recientes. Desde hace varios años, los moradores han pedido a las autoridades que les den una solución para que puedan transitar con normalidad por el parque lineal en el que, por el momento, hay un puente que conecta la Av. Cardenal de la Torre con la calle Sozoranga.

La alternativa a la que llegaron en una asamblea barrial, que se llevó a cabo el viernes de la semana pasada, fue que el espacio se rellenará para eliminar los sitios donde se refugian los delincuentes.

Panorama
Por las mañanas, el parque lineal es bastante transitado. Las parejas se sientan en el césped con tranquilidad, los ciclistas recorren la ciclorruta y los paseadores de perros deambulan cerca de la fuente que está junto al monumento a los tubos. A partir de las 17:00, “el panorama cambia mucho”, comentó Gabriela Quelal, quien vive en el barrio Isla I.

Todos los días, llega de su trabajo pasada esa hora y pide a su padre que la busque en la parada que se encuentra en la Av. Mariscal Sucre.

La profesora de 27 años contó que todo el sector es muy inseguro, que hace falta iluminación y adecuación de los parques para que la gente camine tranquila. (PCV)