Las leyes para defender al consumidor apuntan cada vez más a que la información sea real y entendible.
Para que la información nutricional en los alimentos cumpla su propósito “tiene que ser entendida por un niño de seis años”, explica Jaime Delgado, congresista peruano impulsor de la Ley de Defensa al Consumidor en su país.
Esto lo dice debido a que en los últimos años se ha discutido intensamente sobre los etiquetados y su función en favor de mejorar la nutrición, pero aún no se ha llegado a un modelo que asista al ciudadano común.
Según Delgado, antes que nada hay que entender el contexto histórico en el que se han mantenido las industrias de los alimentos, que han puesto resistencia ante las regulaciones. “Dejen que el consumidor decida, el Estado no tiene que oponerse al libre mercado”, ese es uno de los argumentos que se han usado, recuerda el experto.
Su postura es que los Estados tienen la obligación de regular la industria alimentaria para garantizar el bienestar de los ciudadanos. Es por lo que ha peleado en su país y lo que lo ha llevado a recorrer América Latina.
Recientemente, estuvo en Quito para exponer sobre su experiencia en la normativa referente a la defensa del consumidor, en el Foro de Enfermedades No Transmisibles, organizado por la Secretaría de Salud del Municipio.
Mejoras posibles
En 2014, Ecuador se convertía en el primer país de Latinoamérica que adoptaba un semáforo nutricional en las etiquetas de los alimentos. En ese momento, con el ‘Reglamento del etiquetado de alimentos procesados para el consumo humano’, se ponía en práctica la disposición constitucional de que los alimentos procesados evidenciaran sus contenidos en las etiquetas.
Actualmente, es la Agencia Nacional de Regulación y Control Sanitario (Arcsa) la que controla el cumplimiento del etiquetado según la norma. También se encarga de la entrega de los registros sanitarios con los que deben contar todos los productos procesados.
EL DATO
En Chile la implementación de la información nutricional bajó el 25% el consumo de bebidas azucaradas en 18 meses.Tras reconocer que Ecuador ha sido pionero y referente para la implementación de la información nutricional en países de la región, el legislador peruano con una maestría en Salud Pública opina que es necesario que se realice un seguimiento para documentar el impacto de la estrategia y hacer modificaciones para mejorarla.
Pone como ejemplo el caso de Chile, donde se debatió por varios años la implementación de un semáforo nutricional. Al principio, los productores se oponían totalmente a la iniciativa por lo que se tuvo que explorar otras maneras distintas a la de Ecuador.
Entonces, se realizaron investigaciones, foros y hasta grupos focales con niños para identificar una forma de mostrar el contenido de los alimentos. Fueron los más pequeños los que dijeron que comprendían mejor cuando hay una señal de color rojo, la cual les indica que deben parar con el consumo de un producto. Así, se implementó un hexágono que se coloca en la etiqueta cuando un alimento sobrepasa el nivel de azúcar permitido. De esa manera, son cuatro las características del etiquetado. Debe ser veraz, sencillo, claro y preciso.
Situación de Salud pública
¿Quién está pagando por los daños que las personas sufren? Se pregunta Delgado cuando habla de la educación nutricional y de que los modelos de los ministerios de Salud deberían cambiar. Insiste en que es errónea la altísima inversión en la construcción de hospitales y presupuesto para medicinas, lo que hay que hacer es enfocarse en la prevención y en la capacitación a las personas para que se alimenten mejor.
EL DATO
Ecuador incluyó el semáforo nutricional en 2014.En un mundo ideal, según refiere el congresista, el conocimiento debería impartirse desde las escuelas para que los niños aprendan desde pequeños que hay alimentos que provocan serios daños en la salud y que los eviten.
A escala mundial, la Organización Mundial de la Salud determina que enfermedades causadas por la mala alimentación como la obesidad pueden prevenirse. El panorama se ha complicado desde 1975, cuando el número de personas que la padecían se triplicó. Se conocía que en 2016, más de 1.900 millones de adultos de 18 o más años tenían sobrepeso, de los cuales, más de 650 millones eran obesos.
Según las últimas cifras que hay en Ecuador de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (2012), la incidencia de la obesidad en niños de 5 a 11 años era de 31,4%. Además, los hábitos alimenticios de niños de 10 a 19 años indicaban que el 57,2% consumía comida rápida. (PCV)