Coches de madera sortean los baches en Chillogallo

Tradición. San Luis de Chillogallo es uno de los reductos de los coches de madera, la competencia se la realiza cada año.
Tradición. San Luis de Chillogallo es uno de los reductos de los coches de madera, la competencia se la realiza cada año.

Los 500 metros de recorrido constituyeron una verdadera prueba en Chillogallo.

Lenin Aguilar, de 34 años, ganó por tercera ocasión la carrera de coches de madera que se realiza desde hace 15 años en San Luis de Chillogallo, al sur de Quito.

Steve Mayla, de 22 años, obtuvo el segundo lugar y Roberto Aimacaña, de 27, el tercer puesto.

Por un bache que se formó en plena pista y un rompe velocidades que se construyó hace pocas semanas sobre la calle Manuela Cañizares, la carrera de coches de madera se redujo de 900 a 500 metros de distancia.

Víctor Hugo Quishpe Mendoza, quien es el promotor de esta competencia tiene 60 bólidos de madera en su casa. Cada año los arregla y prepara para la competencia. Así, quienes desean participar simplemente eligen el coche y saltan a la pista. A cada competidor se le dota de una camiseta y coderas y rodilleras para su seguridad.

Este año se inscribieron 40 participantes, por lo que se dividió la válida en siete mangas y los ganadores de la misma pasaron a la final. El mal estado de la pista, por la presencia de baches, dejó fuera a más de uno.

Fabián Caiza, de 21 años, fue uno de los clasificados en la primera manga, es la segunda ocasión en que participa, en la primera fue campeón. En su manga fue el único que cruzó la meta, pues el resto de competidores se volcó unos metros antes de llegar.

Los socorristas de la Secretaría de Seguridad asistieron a los competidores, que terminaron tendidos sobre el asfalto. La velocidad que alcanzaron imposibilitó cualquier maniobra para que frenaran. Al final tuvieron que saltar de los coches.

Diego Chuguano invitó a las nuevas generaciones a mantener esta tradición. Contó que ama sentir la velocidad, pero sabe que siempre debe tratar de tranquilizarse para no perder el control del coche.

La competencia

EL DATO
Antes la carrera partía desde la escuela Santo Tomás y terminaba en la vía principal para subir a San Luis. La velocidad que los pilotos de los bólidos imprimen al descender por la calle Manuela Cañizares es impresionante. Las ruedas de madera cubiertas con finas láminas de caucho suelen romperse.

Según los organizadores, esta carrera de coches de madera nació en 1895. Participaban personas de San Diego, recorrían la plaza 24 de mayo, La Ronda y terminaban en la terminal Cumandá.

En la parroquia del sur, esta tradición convoca a hombres y mujeres y se realiza con el apoyo de auspiciantes y vecinos. El mayor reto que cada año enfrentan los organizadores es la burocracia para obtener los permisos en el Municipio. (PSD)