Centro Aprendiendo a vivir estrenó edificio remodelado

ADECUACIÓN. Los espacios del centro terapéutico Aprendiendo a vivir fueron remodelados. Gran apoyo ha dado la empresa privada.
ADECUACIÓN. Los espacios del centro terapéutico Aprendiendo a vivir fueron remodelados. Gran apoyo ha dado la empresa privada.

Niños con síndrome de Down se beneficiarán de las instalaciones renovadas que mejorarán su aprendizaje.

Los cambios se notan desde el ingreso principal del centro terapéutico Aprendiendo a vivir. La remodelación llegó a todos los espacios del edificio en el que ha funcionado los últimos 16 años.

El trabajo del arquitecto Carlos Paz y Miño y de 30 voluntarios que le dieron una nueva cara a las aulas, se conoció ayer durante un recorrido por las instalaciones en las que se educan más 100 niños con síndrome de Down.

Sofía Arteta, directora ejecutiva de la fundación Reina de Quito, que lleva a cabo el proyecto, habló de la intervención integral como una nueva etapa para la organización que sigue contando con el apoyo de 34 reinas activas. Mencionó que este año ha sido complicado conseguir recursos, tomando en cuenta que para mantener el centro de atención se necesitan 330 mil dólares al año.

Mejoras
Por las aulas del centro han pasado cientos de historias. Las conoce bien Talía Abata, quien se ha desempeñado como terapeuta los últimos tres años. Con una sonrisa comentó que todos los días hay retos nuevos en la fundación, “porque cada niño se desarrolla en su propio mundo”.

Desde hace un tiempo, cuando llovía, los problemas se reflejaban en la humedad de las paredes y techos, esta remodelación ayudó a cubrirlos. “Los niños ya no se van a enfermar ni vamos a tener problemas de olores”, añadió Abata, mientras jugaba con los pequeños en una de las aulas de estimulación.

EL DATO
Aprendiendo a vivir está en la calle Iñaquito y Villalengua. Según Arteta, estos cambios que no se ven, fueron los más importantes, pues inciden en la salud de los pequeños. Además de la rehabilitación en el edificio que tiene más de 20 años, los voluntarios realizaron material didáctico, con base en entrevistas con las terapeutas para reforzar el aprendizaje sensorial de los estudiantes.

Si por algo se ha caracterizado la fundación, ha sido por su dedicación y compromiso con temas sociales. En el recorrido, María Teresa Donoso, quien fue reina de Quito en 1984, recordó que la construcción del centro ubicado en Iñaquito, se hizo para que fuera un albergue para chicos de la calle.

El año que se inauguró recibió el premio al Ornato de la ciudad y fue uno de los referentes arquitectónicos. Hasta ahora conserva los techos elevados y ventanales.

Apoyo privado
Todos los cambios se realizaron con la plataforma de responsabilidad de DirecTV Ecuador. La empresa privada invirtió en las mejoras y las puso en práctica bajo cuatro pilares: educación, voluntariado, cuidado del medioambiente e influencia.

En las paredes se pintaron murales coloridos y los materiales didácticos se realizaron con productos de reciclaje. En el acto de presentación, Fernando Ferro, presidente de la institución, destacó el gran trabajo que se realiza en ese espacio todos los días y se comprometió a seguir aportando. (PCV)

Acceso para todos
° Los últimos años, la Fundación Reina de Quito ha generado vínculos con las maternidades de Quito para que cuando nace un bebé con síndrome de Down, se les recomiende a los padres que acudan al centro terapéutico. La política del lugar es aceptar a todas las familias y evaluar sus posibilidades para que paguen un aporte, de acuerdo con sus condiciones financieras. Se recibe a niños desde los 15 días de nacidos y su proceso de formación dura hasta que se incluyan en la educación regular.