Entre fundas de regalo, adornos navideños, sahumerio e inciensos, Sandra Vargas, de 46 años, se gana la vida en un pequeño puesto, ubicado entre las calles Bolívar y Benalcázar, en el Centro Histórico.
Al igual que otros pequeños comerciantes, ella aprovecha la temporada navideña ofreciendo productos que en su mayoría cuestan menos de un dólar.
“Las fundas grandes de sahumerio e incienso cuestan un dólar, las medianas 50 centavos. Los papeles de regalo 0,25 centavos y las bolsas navideñas 0,75”.
Felipe Bustillos, de 57 años, quien tiene un local junto al edificio matriz del IESS, frente al parque El Ejido, también vende luces navideñas, árboles sintéticos, figuras de Papá Noel y pesebres.
Sus productos cuestan desde 2 hasta 15 dólares. “Los precios dependen de algunos factores”, cuenta, el comerciante, quien dice que debe mantener precios bajos para que le “hagan el gasto”.
Testimonio
Darlyn Herrera, de 30 años, cuenta que en esta época le gusta visitar a pequeños comerciantes como Vargas o Bustillos. “Con mi familia siempre salimos para buscar bombillos, luces, colgantes o cualquier otra cosita que se vea bonita para la casa”.
Al final de las compras su madre le invita una pasta en la calle Chile, tal como lo hacía cuando ella era una niña. Esa tradición ahora la comparte con su hijo de 2 años.
“Mi objetivo es que mi hijo siga saliendo con su familia para compartir esta u otras tantas tradiciones familiares”, dice Herrera, para quien comprarle a los pequeños comerciantes es parte de su Navidad. (ECV)