Un ecuatoriano lee alrededor de 800 páginas por mes

SOLEDAD. Varias librerías de la capital permanecen vacías todos los días.
SOLEDAD. Varias librerías de la capital permanecen vacías todos los días.

La lectura en redes sociales es la que mayor porcentaje representa de esta cifra.

Con el pasar de los años, los hábitos de lectura en el país se han visto perjudicados por la falta de interés de niños y jóvenes en libros, físicos o digitales. En Quito, la situación no es diferente. Las librerías, en su mayor parte, lucen vacías y los libros están a la espera de alguien que hojee sus páginas en busca de una buena historia.

Andrea Paz, de 29 años, es una de las personas que acude con frecuencia a estos locales para “hojear algunos libros y comprar algún otro”. Suele darse una vuelta por las librerías cerca de su casa cada vez que termina un libro, de esta forma piensa en cuál será el siguiente.

Paz adquirió recientemente un libro, para el cual llevaba dos meses ahorrando. Espera terminarlo en menos de dos meses para continuar con otro que le ha llamado la atención, cuenta. Su literatura preferida se basa en novelas policiales, novelas románticas y distopías. En promedio lee de cuatro a cinco libros al año.

“La lectura es una de mis pasatiempos preferidos”, relata. “Es la mejor forma que tengo para distraerme y salir un poco de mi realidad por medio de la imaginación”.

Ella cree que la falta de hábitos lectores se da porque la lectura en el sistema educativo es obligatoria y tediosa. “La literatura que se imparte a los niños es mal seleccionada. Si me obligan a leer un libro que no me gusta es obvio que odiaría la lectura”, dijo.

Situación actual

Édgar Alan García, director del Plan Nacional del Libro y la Lectura, explicó que en el país se lee un aproximado de 800 páginas mensuales, en su mayoría en redes sociales, anuncios publicitarios y señaléticas. Además, “a pesar de que las cifras nos demuestran que la gente sí lee, lo que preocupa es qué lee”. “No es cuestión de cantidad sino de calidad”, agregó.

En relación a la cifra de que en el país se lee medio libro al año, García explicó que es una especulación, sin bases investigativas. Por lo que, en 2019 está previsto que se realice un estudio que se apegue a la realidad de los hábitos de lectura en el país, con la colaboración de organizaciones internacionales.

Soluciones

Jair Flores, de 17 años, por su parte, opina que la lectura es algo que no se fomenta en las aulas de manera adecuada, sino que se coarta la imaginación. Por eso, cuenta que él y muchos de sus compañeros de colegio prefieren “ver una película o una serie”. Para él la situación debería mejorar partiendo desde las nuevas generaciones para que “cuando sean grandes abran un libro y lo lean con gusto”.

El Plan Nacional del Libro y la Lectura promociona los hábitos de lectura con campañas, no solo para niños y jóvenes, sino también para personas privadas de libertad, adultos mayores o pacientes hospitalarios. El objetivo principal, según García, es inculcar una actitud proactiva en torno a la lectura.

“Queremos niños, jóvenes y adultos que puedan leer en voz alta, expresarse correctamente, generar criterios propios”, contó. Para él, la imaginación que deja fluir la lectura es una de las principales razones para elegirla frente a otro entretenimiento.

Los resultados del Plan se proyectan a largo plazo, porque “se puede analizar si fue efectivo o no tras 10 o 15 años desde su aplicación. “Se necesita continuidad para dar buenos resultados”, concluyó. (ECV)

EL DATO

Para incentivar los hábitos lectores se puede iniciar con pequeños textos fáciles de leer.