Aún en las fiestas, permanecen en las calles a la espera de conseguir su sustento.
En Quito, diariamente salen a las calles decenas de personas en situación de calle o de bajos recursos, que han tenido que recurrir a la mendicidad para cubrir sus necesidades. Pese a que la Navidad, cada vez más cercana, ha invadido a la ciudad con el espíritu de temporada, para ellos la vida continúa.
Apelan al buen corazón de la gente para con su colaboración, “conseguir lo mínimo para vivir”. Así lo cuenta un hombre de 68 años, que pide dinero hace más de cuatro años.
“Me llamo José Enrique Anacallo para servirle a Dios y a usted, amigo”, se presenta con humildad. “Me gusta hablar con la gente porque así me mantengo cuerdo”.
Él vive en las afueras de Pifo, “en una pequeña casita”, que alquila por 80 dólares mensuales. Allí comparte su hogar con su esposa, María Aro, de 59 años, quien, según cuenta Anacallo, fue diagnosticada con una enfermedad en el hueso de la cadera, lo que le impide salir de su casa a menudo.
Realidad
Antes de recurrir a la mendicidad, José se dedicaba a la construcción; sin embargo, a sus 60 años, por complicaciones de salud, la constructora decidió prescindir de sus servicios.
A partir de este punto, Anacallo resolvió ofrecer labores de albañilería en el parque central de Pifo, Tumbaco y Cumbayá. Allí, conseguía ‘chauchas’ de vez en cuando, por las que no cobrara más de 20 o 30 dólares.
Su oficio, sin embargo, no le duraría mucho; el desgaste que había sufrido su pierna, por años de trabajo arduo, le imposibilitó continuar con sus labores, y le obligó a utilizar un bastón.
“Decidí vender dulces, cigarrillos y cualquier cosa para salir adelante”, explica. “Mi última opción fue pedir dinero en la calle”. Y tuvo que tomarla cuando su pierna ya no le permitió cumplir con los recorridos de venta.
“Salí, una vez más, al parque de Pifo y Cumbayá para pedir a la gente que me colabore”, detalla.
Hoy, tres años más tarde, José Enrique Anacallo sale todos los días puntual, a las 08:00, de su casa para encontrar el sustento diario para él y su esposa.
“Salgo en bus desde Pifo hasta Cumbayá. Ahí me quedo hasta las nueve de la mañana cerca de la parada de bus y, después, bajo al parque hasta las dos de la tarde”, cuenta. Su día lo termina en el parque central de Pifo y, para finalizar, entre las siete u ocho de la noche regresa a su casa.
Esto le permite conseguir unos dólares diarios para comprar la comida, en caso de que alcance, y ahorrar para pagar su alquiler.
EL DATO
El MIES implementó el programa ‘Misión Navidad’, en reemplazo del proyecto ‘Da Dignidad’.
Otra historia
María Chicaiza, de 70 años, vive de la mendicidad. Su caso, sin embargo, no termina el día en la comodidad de una vivienda. A Chicaiza, con lo que colecta a diario, no le alcanza para pagar un lugar donde dormir.
Ella, siempre parte de una familia muy humilde, terminó en las calles hace 7 años. Su esposo falleció hace 10 años y sus cinco hijos (dos hombres y tres mujeres), al casarse, dejaron solos a sus padres. “Desde que murió mi marido no sé nada de mi familia”, detalla.
Chicaiza tuvo que salir de la casa que arrendaba. El dinero que le había quedado no le alcanzaba más que para comer una o máximo dos veces al día.
“Busqué a familiares donde quedarme, pero no apareció nadie”, cuenta con lágrimas. “Los primeros meses aprendí a dormir donde me coja la noche”. Así decidió pedir dinero en los buses, al principio; donde contaba su situación a quienes viajaban.
Ella, según explica, tiene una complicación en el sistema digestivo que no le permite asimilar los nutrientes de los alimentos. Esto ha complicado su situación.
Ella, con la llegada de la Navidad, tiene la esperanza de recibir ayuda de alguna entidad o persona para que mejore su salud y salga adelante fuera de las calles. “Quisiera abrir mi propio negocio. Ese siempre fue mi sueño”, comenta.
Un día como cualquier otro
Para ellos, la Navidad pasa desapercibida desde que se enfrentan con las calles de la ciudad. Anacallo cuenta que para él es un día normal. Sale a cumplir su rutina y al llegar a casa pasa la noche con su esposa. Según explica, por lo general, no toma en cuenta el día de Navidad.
Recuerda, asimismo, como décadas atrás pasaba estas fechas junto con sus pequeños hijos. “Llevaba un pollito o algo para comer y así festejar”.
Para este año, José Anacallo cuenta que lo único que desea es poder compartir un día con toda su familia. Volver a revivir esos días en los que disfrutaban juntos. “Ahora ya la familia no se acuerda de uno”, detalla.
Para Chicaiza, la situación no cambia, ella también continúa su jornada en las calles en estos días. Según explica, suele ir a iglesias evangélicas que abren sus puertas el 24 de diciembre para brindar comida a quien no tiene con quien pasar la Navidad. De esta forma, pasa caliente y en compañía.
Pese a su situación, ellos se mantienen sonrientes y prestos a que alguien les ayude. Chicaiza invita a las personas a no juzgar a quienes están en la calle. “No todos somos malos”, manifiesta. (ECV)
Cifra que aumenta en las festividades
° Tras las fiestas de Navidad y Año Nuevo, la mendicidad aumenta el 10%, según Silvana Haro, coordinadora de la Zona 9 del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES). Pese a esto, en Quito, según Daniela Peralta, funcionaria del Patronato Municipal San José, no existen cifras exactas, pues “no se ha realizado un estudio a fondo sobre este tema”.
Los proyectos de ayuda social de la institución municipal, sin embargo, han beneficiado a más de 6.000 personas en 2018. Dentro de estos programas destaca el 1800-Acolita. Además, el MIES organizó el programa ‘Misión Navidad’, que combate la mendicidad. Desde este año, esta iniciativa reemplaza al proyecto ‘Da Dignidad’ y, con esto, se sustituyeron los cinco lugares de donación por otros 10 puntos de información para direccionar a las personas que deseen colaborar.
Puntos de información
‘Misión Navidad’
° Bulevar Naciones Unidas
° La Circasiana
° Parque El Ejido
° Plaza Santo Domingo
° Mercado Chiriyacu
° Centro Comercial de Mayoristas y Negocios Andinos
° Terminal Quitumbe
° Plaza central de Llano Chico
° Parque de Calderón
° Comité del Pueblo
° Mercado de Cotocollao