La ‘dualidad’ de la Mariscal divide la opinión de sus moradores

Panorama. El domingo las calles del barrio La Mariscal lucen solitarias.
Panorama. El domingo las calles del barrio La Mariscal lucen solitarias.

Héctor Guerra, de 55 años, ha vivido más de una década en La Mariscal. “Un barrio legendario, pero con muchas transformaciones”, asegura mientras camina entre la calle y la vereda. Lo hace así porque es domingo, los locales están cerrados y la alarma de un carro rompe con el silencio de las calles 9 de Octubre y Jerónimo Carrión.

El Dato
El lanzamiento del proyecto ‘Diario de La Mariscal’ será el 25 de enero, en las Plaza del Quinde (Plaza Foch), desde las 16:00.
Guerra manifiesta que, en este sitio, ubicado en el centro- norte de la capital, se siente como vivir en dos lugares a la vez. De lunes a miércoles hay movimiento por la centralidad del sector. De jueves a sábado todo se da en la noche y son los días en los que, según Guerra, hay mayor inseguridad. El domingo, en cambio, se observa peatones y la gente del ciclopaseo. “Es un día de calma”, destaca el morador.

Este tipo de dualidad conlleva distintas reacciones en quienes forman parte del lugar. Están los que aprecian la tranquilidad y para quienes esto representa pérdidas económicas.

Testimonio

Elena Andrade labora en un local de celulares, cerca de la Av. Amazonas. “Sábado por la mañana y domingo todo el día no se vende nada”, informa. Para ella, se debería trabajar por quitar la imagen de que en La Mariscal el atractivo está en actividades de ocio y diversión nocturna, e incentivar a que la gente visite los centros culturales y museos que se ubican alrededor.

Movimiento. De jueves a sábado en la noche miles de personas se concentran en el Barrio La Mariscal.
Movimiento. De jueves a sábado en la noche miles de personas se concentran en el Barrio La Mariscal.

La vendedora de 36 años cita tres sitios. El primero es el Museo Etnohistórico de Artesanías ‘Mindalae’, que se sitúa en la Reina Victoria y La Niña. “Si usted pregunta, los jóvenes le dicen de memoria los nombres de los bares, pero de estos sitios no saben”, destaca.

Otro lugar es ‘La Bodega’, donde se venden artesanías y antigüedades. “Se encuentran cosas interesantes”, agrega. Por otra parte, Andrade, quien por un momento deja de ofertar sus productos y se convierte en una guía de centros culturales, afirma que otra opción es ir al ‘Útero’, un espacio cultural donde además se dictan talleres y hay exposiciones y ferias. “Ahí sí he visto muchos chicos entrar y salir, pero igual se debería incentivar para que más gente conozca”, concluye.

Por otra parte, Rosalía Montenegro aduce que no le parece la idea de que haya más movimiento. “Mejor que se trabaje en la inseguridad, la basura, en quienes laboran afuera de los bares y en la venta de drogas”, concluye de forma enfática.

Proyecto zonal
Frente a estos antecedentes, la Administración Especial Turística de la Mariscal ha propuesto la implementación de un proyecto llamado ‘Diario de La Mariscal’, que se lanzará el viernes y cuyo objetivo es que se conozca la geografía del sector y en ella, plasmar las experiencias de quienes han vivido y recorrido sus calles.

Para esto, junto con el Municipio de Quito y la Facultad de Arquitectura, Diseño y Artes y la Coordinación de Vinculación de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), se ha propuesto elaborar mapas sobre la base de cartografía emocional, con lo cual, a través de entrevistas, se plasmaron las memorias y las experiencias que las personas tienen de La Mariscal, que tiene como particularidad la combinación de estructuras modernas con casas tradicionales.

Estos mapas serán colocados en diferentes establecimientos de La Mariscal que apoyen el proyecto. Se creará una interacción que generará expectativa. El fin es lograr quitar la percepción errada de la gente que no convive diariamente en el sitio y que no explora más allá de la diversión nocturna. Con este diario se espera que las personas apoyen las propuestas culturales del sector y de esa manera se reactive el lugar, durante los siete días de la semana.