TEXTO Y FOTOS: Javier Parra
Un deporte de riesgo es lo que se vive en el Parque Chilibulo, en el Cerro Ungüí, en Quito, donde cientos de jóvenes, adultos y hasta niños practican downhill desde 2003. Decenas de deportistas recorren una pista que tiene aproximadamente 3,5 km con varios niveles de dificultad, como unos grandes saltos no aptos para cardíacos.
Las categorías de la competencia varían entre novatos hasta los Pro-Élite, quienes son los que dominan cada curva y salto, alcanzando velocidades de hasta 100km por hora.
Mucha fuerza en los brazos, resistencia, habilidad y los sentidos al 100% se necesita para completar la ruta; además de contar con un equipo de seguridad: casco, gafas, pechera, rodilleras, coderas y zapatos adecuados.
En las válidas se cuenta con equipos de apoyo para los corredores, ambulancia con paramédicos y miembros del Cuerpo de Bomberos para precautelar la seguridad de los participantes.