Patrimonio arquitectónico de Quito sigue evolucionando

HISTORIA. Construcciones de tendencia brutalista como el Templo de la Patria son parte de la identidad de la ciudad.
HISTORIA. Construcciones de tendencia brutalista como el Templo de la Patria son parte de la identidad de la ciudad.

Edificaciones como la del colegio San Gabriel o el Templo de la Patria son tesoros modernos.

En el imaginario del quiteño, la palabra patrimonio siempre evoca las casas coloniales del Centro Histórico, pero pocas veces invita a mirar esas nuevas joyas, que también forman parte de la historia y de la identidad de la ciudad.

En esa lista hay construcciones que forman grandes figuras geométricas, que tienen formas simétricas o que simplemente son funcionales, según expertos en el ramo.

José Chacón Toral, ingeniero civil capitalino, quien inició su labor en la década de los 60, explica que el patrimonio arquitectónico moderno nació justo cuando la ciudad se extendió fuera del Centro Histórico.

Ese tesoro empezó con ideas como: voy a tener un baño dentro de mi casa, o la cocina va a estar dentro de la edificación central u otras “cosas que antes no eran pensadas, que no eran parte de la vida cotidiana de las personas”, agrega Diana Araujo, arquitecta preservadora y Coordinadora de Gestión Técnica del Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP).

La arquitecta Inés del Pino, académica de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador sostiene que esa arquitectura “austera y anónima”, formada por estructuras con formas geométricas claras, que únicamente buscaban cumplir las necesidades de las personas, sirvieron para identificar a “las nuevas generaciones de su época”.

Entre las edificaciones de este estilo destacan “el Colegio San Gabriel, el convento de La Dolorosa, el edificio de La Previsora o incluso la Caja del Seguro”, dice Araujo.

CONTRASTE. Edificaciones modernas y antiguas conviven en varios sectores de la ciudad.
CONTRASTE. Edificaciones modernas y antiguas conviven en varios sectores de la ciudad.

Tesoros modernos

Araujo resume el concepto de patrimonio como todo lo que causa una identidad generalizada en una sociedad, que se apropia de un espacio y lo reconoce como tal.

Con esto en la mente, Joaquín Moscoso, director del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, añade que el patrimonio no se define y está en constante evolución.

Con respecto al patrimonio moderno, explica que “cada sociedad y cada tiempo tiene su identidad”. “La modernidad que influyó a la arquitectura en Quito también refleja identidad, y por consiguiente es patrimonio”.

Para ejemplificar el valor de este tipo de estructuras patrimoniales, Araujo toma el edificio de la Corporación Financiera Nacional, que se levanta en la esquina de la Avenida Patria y Reina Victoria. Un exponente claro de la arquitectura moderna de Quito.

“Cuando le dices a alguien, ‘la torre de CFN en la Patria’, casi todos lo ubican y reconocen. Más allá de sus valores arquitectónicos es parte de nuestra identidad como ciudad. Si algo llegara a pasar con ese edificio, existiría una sensación de pérdida, tristeza incluso, porque existe ese nivel de apropiación”.

Ella destaca que esta es la razón por la que es importante reconocer otro tipo de patrimonios. Pensar más allá del Casco Colonial e identificar estructuras como el Templo de la Patria o el edificio de la Cruz Roja, junto a La Alameda.

IMPONENCIA. La grandeza y la practicidad de ciertas construcciones se destacan en zonas como la Patria.
IMPONENCIA. La grandeza y la practicidad de ciertas construcciones se destacan en zonas como la Patria.

Otras obras arquitectónicas

Ls tendencias modernas también se encuentran dentro del Centro Histórico. Uno de los ejemplos del contraste entre la arquitectura colonial y moderna está justamente en la Plaza de la Independencia. Ahí, el estilo colonial del Palacio de Carondelet, del Palacio Arzobispal y de la Catedral se enfrenta al moderno del Palacio Municipal.

“Esta es la representación más gráfica de la realidad de la diversidad del patrimonio histórico de la ciudad. Cada una de estas edificaciones nos cuentan sobre su origen y su época”, dice Araujo. Otro ejemplo es el edificio de La Previsora.

Del Pino, por su parte, añade a la lista edificaciones como el Hotel Quito, el actual edificio de la Fiscalía y la residencia de la Universidad Central del Ecuador.

Para ella, es necesario cambiar ese imaginario colectivo detrás del patrimonio; sin embargo “eso llevará varios años”. Recuerda cuán largo fue el proceso que llevo al reconocimiento del estilo colonial y republicano como patrimonio y predice que un cambio de este tipo conllevará incluso aún más, pues se tiene que reconcientizar y enseñar a la gente.

Araujo da un mensaje para promover esta comprensión de otros tipos de patrimonio. “Las personas tienen que pensar qué edificios vienen a nuestra memoria cuando hablamos de hitos. Edificios que tal vez cotidianamente nos sirven para referenciar una dirección o una ubicación. Esto los hace parte de nuestro imaginario social y los llevan a formar parte de nuestra identificación o identidad. A estos debemos defenderlos como nuestro patrimonio”.

Para ella, si logramos ampliar nuestra defensa al patrimonio a ámbitos modernos e incluso contemporáneos, defenderemos nuestro legado, nuestra capacidad de revivir una memoria del momento en el que evolucionamos como ciudad, sociedad y seres humanos, a una perspectiva moderna, tal vez más globalizada. (ECV)

MAJESTUOSO. Las formas del templo de La Dolorosa impactan a locales y extranjeros.
MAJESTUOSO. Las formas del templo de La Dolorosa impactan a locales y extranjeros.

Un ícono de arquitectura y arte

La tendencia moderna del arte y la arquitectura confluyen en un solo lugar, en Latinoamérica. Ejemplos como los murales, característicos del indigenismo moderno, que se imponen en edificaciones como el Templo de la Patria o la Caja del Seguro representan esta realidad.