La mente humana está llena de incógnitas, de vestigios de una cultura incivilizada y primitiva. Por su inmadurez o falta de educación son propensos a cometer faltas contra la moral y la ética, sin pensar en el daño que causan. Un grupo de correístas atacó de palabra y obra al Dr. Julio César Trujillo, un eminente hombre público, causándole un derrame cerebral. No respetaron su ancianidad ni su trayectoria brillante que ha dado lustre en todas las funciones públicas y privadas que ha desempeñado. Dedicó su vida a combatir los excesos de poder y reivindicar los Derechos Humanos. Ha sido un Quijote y acérrimo crítico de Rafael Correa y su gobierno, que dejaron al país en una crisis moral y económica profunda. Cuando le preguntaron cómo pudo haber sido parte de un organismo con el cual nunca estuvo de acuerdo, respondió: “Un órgano de estos puede existir pero no para ejercer el poder, porque el poder radica en el pueblo”. Con inmensa tristeza recibí la noticia de su muerte al escribir esta carta.
Luis Mario Contreras M.
CI: 170181555-5