La Portilla, una calle abandonada a su suerte

Malestar. Las casas de la calle Portilla son patrimoniales.
Malestar. Las casas de la calle Portilla son patrimoniales.

El incendio de una casa inventariada como patrimonial, en la calle Portilla, en el sector de La Recoleta, denota descuido. El flagelo se dio a causa de problemas en las conexiones eléctricas, según el informe de los bomberos, un mal que afecta a otras vivendas patrimoniales del mismo sitio.

Los moradores de este sector revelan que el estado de las casas no es el único problema. Se enfrentan a hechos de inseguridad por los asaltos -que se producen sobre la zona y sus alrededores-, la venta de droga y la falta de iluminación de la calle principal -los faroles están quemados-.

La calle Portilla, que une a la avenida Pedro Vicente Maldonado con la parte posterior del Ministerio de Defensa, está conformada en su totalidad por casas patrimoniales, que han sido inventariadas por el Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP).

Con respecto a la vivenda que se incendió y que requiere de una pronta intervención, los funcionarios del IMP aclararon que solo pueden acceder al inmueble con la autorización del propietario. Se colocaría una sobrecubierta, pero aclaran que son propiedades privadas y que son los dueños los que tienen darle mantenimiento.

Malestar

Carlos Quinchuela, directivo del barri, recordó que en la alcaldía de Paco Moncayo pintaron las fachadas de las casas con colores pasteles, que se mantienen hasta la actualidad. La siguiente administración construyó un puente, para que el barrio se conectara con El Cumadá, y el problema de inseguridad se agudizó.

El Dato
La calle Portilla es vecina directa del bulevar que se construye desde la plaza de Santo Domingo hasta el Censo, sobre la avenida Pedro Vicente Maldonado. Quincuela se lamenta, porque al levantarse se encuentra con las paredes grafiteadas, la calle llena de estiércol de perro y la gente deja la basura en plena calle “cuando saben que los recolectores pasan en las noches”.

Pide a las autoridades que intervengan en el alumbrado público, expecíficamente en las luminarias decorativas, que están dañadas, para evitar más cortocircuitos. Además, recomienda que no dejen la casa quemada a “merced de los antisociales”, para que no la conviertan en guarida.

Sobre el mal estado de la call, reconoce que cada tres meses acude al sitio un vehículo de hidrolavado para baldear; sin embargo, dijo que muchas veces es confundida con un servicio higiénico.

Con respecto a la organización, los vecinos reconocen que no son unidos, que cada familia vive su vida dentro de las cuatro paredes y que así evitan problemas. Hay gente que habita allí entre 20 y 30 años y no se conoce, no comparten y solo reunen cuando hay una emergencia como cuando ocurrió con el incendio. (PSD)