El ‘Arroz Verde’ es integral

Manuel Castro M.

El Dr. Jekyll era un científico bueno y prestigioso; Mr. Hyde un criminal despiadado y monstruoso. Pero eran la misma persona. Tal es el tema del proceso de transformación de la famosa novela de ficción que escribió Robert Luis Stevenson. El cuento tiene una realidad cierta: en todo hombre pugna el bien y el mal, nadie es perfecto: hay asesinos que sus crímenes y corrupciones casi las convierten en obras de arte y santos que, a fuerza de ser castos y piadosos, desprecian a los pecadores, los sancionan y hasta los hacen matar.

Viene al caso el gobierno correísta ya terminado y el actual morenista, en pleno auge. Sus ideas centrales, de los dos, son las mismas, un mismo partido político (por circunstancias de supervivencia dividido en dos socialismos del siglo XXI), tratando de dirigir una economía planificada (el conversar no le quita el radicalismo a Moreno) y en su mayoría los mismos personajes, en los ministerios, función judicial, superintendencias y asamblea legislativa. Claro que simulan estar arrepentidos, pero es para mantener las prebendas. Los resultados a la vista: la improvisación e incapacidad. Al árbol torcido nos hay quien le enderece, máximo digitalmente se lo puede retocar.

Claro que hay cosas positivas como ciertas medidas económicas, una política internacional razonable, respeto a las libertades. Es que lo contrario hacía insostenible al actual gobierno, pesó en sus inicios con Patiños, Riveras, etc. A la corrupción se ofreció someterle a una cirugía mayor, pero el amargo “Arroz Verde” demuestra gastronomía integral del anterior y del actual gobierno. Correa el malo, Moreno el “buenote” (según calificaba Mafalda), no es tan cierto, es la misma jeringa con distinto bitoque, para usar el lenguaje médico de Lenin.
Claro que hay solución: el Estado debe convertirse solo en un regulador eficaz (no un regalador), sin intereses partidistas, atreverse a acabar con la impunidad (a riesgo de su propia existencia). Su intervencionismo debe ser limitado. Ojalá no sea irreparable. Debe desaparecer hasta la sombra del maléfico Mr. Hyde y gobernar solo el Dr. Jekyll.

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