Un vacacional sirvió para aprender sobre la diversidad

Aprendizaje. Con la creación de prendas de vestir reflexionaron sobre las diversidades de género.
Aprendizaje. Con la creación de prendas de vestir reflexionaron sobre las diversidades de género.

Durante una semana, cerca de 200 niños fueron parte del campamento vacacional llamado ‘Diversimundi’ dirigido a los hijos de los trabajadores del consorcio de la Línea 1 del Metro de Quito.

El objetivo fue que los pequeños, entre 9 y 15 años, aprendieran sobre la importancia de la diversidad, la inclusión, el respeto y la sostenibilidad, a través de talleres y actividades lúdicas.

Varios mundos
Cada uno de los espacios representaba un universo distinto. El primero fue el taller de vestimenta llamado ‘La piel de mi mundo’, donde los participantes diseñaron la ropa que se usarían en su planeta ideal, a partir de retazos de tela reciclados.

El fin fue que reflexionaran sobre su identidad en torno al desenvolvimiento de los roles de género impuestos por la sociedad.

Movimiento
En el taller de expresión corporal ‘El movimiento de mi mundo’, cada grupo ideó una puesta en escena (danza). Esto les ayudó a evidenciar su identidad, a partir de diferentes bailes o expresiones culturales.

Otro de los objetivos fue generar reflexión en torno a las discapacidades.

Sonido
En ‘El Sonido de mi mundo’ los niños compusieron canciones con sonidos y señas para concienciar sobre la discapacidad auditiva. Esto les permitió entender que existen diferentes ruidos, música y formas de expresión.

Los pequeños evidenciaron que así como hay una diversidad de melodías y lenguajes, también existen personas con diferentes raíces y orígenes a las que se debe acoger y respetar.

Colores
Un mural colectivo basado en conceptos gráficos, historias, tradiciones y biodiversidad sirvió para graficar ‘Los colores de mi mundo’. Ahí, los chicos plasmaron sus ideas entorno a la diversidad étnica y cultural.

Los monitores del campamento les explicaron que, a través del arte, es posible generar espacios de solidaridad y respeto.

Equilibrio
A través de un taller de cuerda tensa o ‘slackline’ los niños aprendieron a equilibrar su cuerpo sobre una cuerda. Este ejercicio trabaja las capacidades motoras.

“Hemos aprendido a tener equilibrio tanto físico como mental. Y a sentir empatía hacia las capacidades diferentes”, dijo uno de los participantes.

La unión de todos
El campamento concluyó con el encuentro entre mundos. Lo que permitió que los niños y jóvenes crearan un ‘diversi-mundi’, que conjugó la creatividad, las potencialidades y aprendizajes más significativos de cada grupo.

Este nuevo universo abarcó la unión de todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que promueve el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. (AVV)