Fanáticos mexicanos despiden a José José

ADIÓS. Admiradores del cantante llegaron hasta el Palacio de Bellas Artes. AFP
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Redacciòn MÈXICO

AFP

Entre aplausos, lágrimas y al grito de “¡sí se pudo!”, miles de mexicanos recibieron ayer las cenizas del cantante José José, a su llegada al Palacio de Bellas Artes, donde el Gobierno y sus admiradores pueden finalmente homenajear al llamado ‘Príncipe de la canción’.

Su arribo ocurrió tras más de una semana de pleitos familiares para definir el destino de sus restos, en los que tuvo que mediar incluso el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

Un féretro brillante, con matices dorados y plateados, fue colocado en el centro de la majestuosa escalera principal del palacio, flanqueado por arreglos de flores y coronado por un gran cartel con la imagen del cantante mexicano y la frase ‘José José, qué triste fue decirnos adiós’, primer verso de ‘El triste’, la más reconocida de sus interpretaciones.

“No tengo palabras, son sentimientos encontrados pero lo pude venir a ver, es lo principal”, dijo, entre lágrimas, Araceli Segura, una mujer de 52 años que llegó al recinto acompañada de su hija.

En su patria
Antes de abrir las puertas a los admiradores, el ingreso del féretro provocó una ovación de los invitados de honor, principalmente familia y autoridades.

En la primera guardia de honor junto al ataúd estuvieron sus hijos mayores, José Joel y Marysol Sosa, acompañados de su madre Anel Noreña, su segunda esposa. Músicos de la Orquesta Sinfónica Nacional y cuatro cantantes líricos ejecutaban, en tanto, ‘La nave del olvido’, uno de sus primeros éxitos.

El cuerpo de José Rómulo Sosa Ortiz, su nombre real, fue cremado el martes en Florida y dividido entre los hijos mayores y su media hermana menor, Sarita, que tuvo con su tercer esposa, la cubana Sara Salazar.

Su vida estuvo marcada por el alcoholismo y perdió su privilegiada voz al grado de apenas poder hablar. También padeció cáncer de páncreas, lo que minó severamente su estado físico.

Redacciòn MÈXICO

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Entre aplausos, lágrimas y al grito de “¡sí se pudo!”, miles de mexicanos recibieron ayer las cenizas del cantante José José, a su llegada al Palacio de Bellas Artes, donde el Gobierno y sus admiradores pueden finalmente homenajear al llamado ‘Príncipe de la canción’.

Su arribo ocurrió tras más de una semana de pleitos familiares para definir el destino de sus restos, en los que tuvo que mediar incluso el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

Un féretro brillante, con matices dorados y plateados, fue colocado en el centro de la majestuosa escalera principal del palacio, flanqueado por arreglos de flores y coronado por un gran cartel con la imagen del cantante mexicano y la frase ‘José José, qué triste fue decirnos adiós’, primer verso de ‘El triste’, la más reconocida de sus interpretaciones.

“No tengo palabras, son sentimientos encontrados pero lo pude venir a ver, es lo principal”, dijo, entre lágrimas, Araceli Segura, una mujer de 52 años que llegó al recinto acompañada de su hija.

En su patria
Antes de abrir las puertas a los admiradores, el ingreso del féretro provocó una ovación de los invitados de honor, principalmente familia y autoridades.

En la primera guardia de honor junto al ataúd estuvieron sus hijos mayores, José Joel y Marysol Sosa, acompañados de su madre Anel Noreña, su segunda esposa. Músicos de la Orquesta Sinfónica Nacional y cuatro cantantes líricos ejecutaban, en tanto, ‘La nave del olvido’, uno de sus primeros éxitos.

El cuerpo de José Rómulo Sosa Ortiz, su nombre real, fue cremado el martes en Florida y dividido entre los hijos mayores y su media hermana menor, Sarita, que tuvo con su tercer esposa, la cubana Sara Salazar.

Su vida estuvo marcada por el alcoholismo y perdió su privilegiada voz al grado de apenas poder hablar. También padeció cáncer de páncreas, lo que minó severamente su estado físico.

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Entre aplausos, lágrimas y al grito de “¡sí se pudo!”, miles de mexicanos recibieron ayer las cenizas del cantante José José, a su llegada al Palacio de Bellas Artes, donde el Gobierno y sus admiradores pueden finalmente homenajear al llamado ‘Príncipe de la canción’.

Su arribo ocurrió tras más de una semana de pleitos familiares para definir el destino de sus restos, en los que tuvo que mediar incluso el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

Un féretro brillante, con matices dorados y plateados, fue colocado en el centro de la majestuosa escalera principal del palacio, flanqueado por arreglos de flores y coronado por un gran cartel con la imagen del cantante mexicano y la frase ‘José José, qué triste fue decirnos adiós’, primer verso de ‘El triste’, la más reconocida de sus interpretaciones.

“No tengo palabras, son sentimientos encontrados pero lo pude venir a ver, es lo principal”, dijo, entre lágrimas, Araceli Segura, una mujer de 52 años que llegó al recinto acompañada de su hija.

En su patria
Antes de abrir las puertas a los admiradores, el ingreso del féretro provocó una ovación de los invitados de honor, principalmente familia y autoridades.

En la primera guardia de honor junto al ataúd estuvieron sus hijos mayores, José Joel y Marysol Sosa, acompañados de su madre Anel Noreña, su segunda esposa. Músicos de la Orquesta Sinfónica Nacional y cuatro cantantes líricos ejecutaban, en tanto, ‘La nave del olvido’, uno de sus primeros éxitos.

El cuerpo de José Rómulo Sosa Ortiz, su nombre real, fue cremado el martes en Florida y dividido entre los hijos mayores y su media hermana menor, Sarita, que tuvo con su tercer esposa, la cubana Sara Salazar.

Su vida estuvo marcada por el alcoholismo y perdió su privilegiada voz al grado de apenas poder hablar. También padeció cáncer de páncreas, lo que minó severamente su estado físico.

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Entre aplausos, lágrimas y al grito de “¡sí se pudo!”, miles de mexicanos recibieron ayer las cenizas del cantante José José, a su llegada al Palacio de Bellas Artes, donde el Gobierno y sus admiradores pueden finalmente homenajear al llamado ‘Príncipe de la canción’.

Su arribo ocurrió tras más de una semana de pleitos familiares para definir el destino de sus restos, en los que tuvo que mediar incluso el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

Un féretro brillante, con matices dorados y plateados, fue colocado en el centro de la majestuosa escalera principal del palacio, flanqueado por arreglos de flores y coronado por un gran cartel con la imagen del cantante mexicano y la frase ‘José José, qué triste fue decirnos adiós’, primer verso de ‘El triste’, la más reconocida de sus interpretaciones.

“No tengo palabras, son sentimientos encontrados pero lo pude venir a ver, es lo principal”, dijo, entre lágrimas, Araceli Segura, una mujer de 52 años que llegó al recinto acompañada de su hija.

En su patria
Antes de abrir las puertas a los admiradores, el ingreso del féretro provocó una ovación de los invitados de honor, principalmente familia y autoridades.

En la primera guardia de honor junto al ataúd estuvieron sus hijos mayores, José Joel y Marysol Sosa, acompañados de su madre Anel Noreña, su segunda esposa. Músicos de la Orquesta Sinfónica Nacional y cuatro cantantes líricos ejecutaban, en tanto, ‘La nave del olvido’, uno de sus primeros éxitos.

El cuerpo de José Rómulo Sosa Ortiz, su nombre real, fue cremado el martes en Florida y dividido entre los hijos mayores y su media hermana menor, Sarita, que tuvo con su tercer esposa, la cubana Sara Salazar.

Su vida estuvo marcada por el alcoholismo y perdió su privilegiada voz al grado de apenas poder hablar. También padeció cáncer de páncreas, lo que minó severamente su estado físico.