Aceites saludables y sus beneficios

Las grasas son macronutrientes que deben ser consumidas en la dieta diaria. Proveen saciedad y ayudan en la absorción de vitaminas liposolubles.
La nutricionista Mae Moreno asegura que en el ser humano son un aislante térmico, proveen energía y son importantes en el desarrollo cerebral de los niños.

Existen de dos tipos: saturadas e insaturadas. El consumo exagerado de las primeras aumenta el riesgo de sufrir enfermedades de los lípidos, como colesterol alto y LDL elevado, que está asociado a problemas cardiovasculares.

Las poli y monoinsaturadas, que se extraen de las plantas y las semillas, son las más saludables. Aumentan el colesterol bueno o HDL, dice la experta.

Según Carlos Cabanilla, coordinador de Gastronomía de la Universidad de las Américas (UDLA), estos aceites aportan sabor y densidad. Si son trabajados en algún tipo de cocción, pide controlar el punto de humo. En culinaria prefieren su uso para preparar aderezos, vinagretas o directo en ensaladas.

Mientras que Roberto Ordóñez, especialista en alimentos y docente de Gastronomía de la UDLA, recomienda almacenarlos en un lugar fresco y oscuro, tapar bien el envase para evitar el ingreso de oxígeno, y evitar cambiar su estructura. Como no tiene agua, puede durar mucho tiempo.

Hay gran variedad en el mercado, como el de aguacate, almendras, oliva, girasol, maíz, maní y más. De esa oferta, la nutricionista María Isabel Cevallos pone sobre la mesa cuatro: canola, oliva extravirgen, maíz y girasol, que aunque “son mejores para el sometimiento al calor”, es preferible consumirlos en frío, para aderezar. (CM)

Oliva extravirgen
Contiene Omega 3 y 6, antioxidantes y nutrientes. Beneficia al corazón, al hígado, la circulación, al sistema inmunológico y al cerebro. Su consumo aporta a reducir el colesterol, bajar de peso y prevenir el envejecimiento. Se recomienda su uso para aderezar ensaladas. En peces, realza su sabor.

De canola
Es rico en Omega 3 y 6. Es una buena fuente de vitaminas E (antioxidante y cardioprotectora) y K. Ayuda a disminuir el colesterol, reducir los triglicéridos. Actúa como antiinflamatorio, mejora el funcionamiento cerebral y la memoria. Se lo ingiere en vinagretas, aderezos y con ensaladas.

De maíz
Se lo extrae de un grano que tiene múltiples favores. El producto puro, sin la mezcla con otros como el de palma, es una fuente de grasas poliinsaturadas, con aportes de Omega 3 y 6. Aporta a una buena salud. Es uno de los aceites recomendados para frituras, siempre que no se lo sobrecaliente.

De Girasol
Obtenido de la semilla de la planta de girasol, tiene como principal ingrediente el ácido linoleico rico en Omega 6. Al igual que el resto de aceites, es bueno para la salud del corazón, es antioxidante, disminuye el colesterol y también es usado en cosmética. Puede utilizarse para frituras, sin exceder en calor.

Las grasas son macronutrientes que deben ser consumidas en la dieta diaria. Proveen saciedad y ayudan en la absorción de vitaminas liposolubles.
La nutricionista Mae Moreno asegura que en el ser humano son un aislante térmico, proveen energía y son importantes en el desarrollo cerebral de los niños.

Existen de dos tipos: saturadas e insaturadas. El consumo exagerado de las primeras aumenta el riesgo de sufrir enfermedades de los lípidos, como colesterol alto y LDL elevado, que está asociado a problemas cardiovasculares.

Las poli y monoinsaturadas, que se extraen de las plantas y las semillas, son las más saludables. Aumentan el colesterol bueno o HDL, dice la experta.

Según Carlos Cabanilla, coordinador de Gastronomía de la Universidad de las Américas (UDLA), estos aceites aportan sabor y densidad. Si son trabajados en algún tipo de cocción, pide controlar el punto de humo. En culinaria prefieren su uso para preparar aderezos, vinagretas o directo en ensaladas.

Mientras que Roberto Ordóñez, especialista en alimentos y docente de Gastronomía de la UDLA, recomienda almacenarlos en un lugar fresco y oscuro, tapar bien el envase para evitar el ingreso de oxígeno, y evitar cambiar su estructura. Como no tiene agua, puede durar mucho tiempo.

Hay gran variedad en el mercado, como el de aguacate, almendras, oliva, girasol, maíz, maní y más. De esa oferta, la nutricionista María Isabel Cevallos pone sobre la mesa cuatro: canola, oliva extravirgen, maíz y girasol, que aunque “son mejores para el sometimiento al calor”, es preferible consumirlos en frío, para aderezar. (CM)

Oliva extravirgen
Contiene Omega 3 y 6, antioxidantes y nutrientes. Beneficia al corazón, al hígado, la circulación, al sistema inmunológico y al cerebro. Su consumo aporta a reducir el colesterol, bajar de peso y prevenir el envejecimiento. Se recomienda su uso para aderezar ensaladas. En peces, realza su sabor.

De canola
Es rico en Omega 3 y 6. Es una buena fuente de vitaminas E (antioxidante y cardioprotectora) y K. Ayuda a disminuir el colesterol, reducir los triglicéridos. Actúa como antiinflamatorio, mejora el funcionamiento cerebral y la memoria. Se lo ingiere en vinagretas, aderezos y con ensaladas.

De maíz
Se lo extrae de un grano que tiene múltiples favores. El producto puro, sin la mezcla con otros como el de palma, es una fuente de grasas poliinsaturadas, con aportes de Omega 3 y 6. Aporta a una buena salud. Es uno de los aceites recomendados para frituras, siempre que no se lo sobrecaliente.

De Girasol
Obtenido de la semilla de la planta de girasol, tiene como principal ingrediente el ácido linoleico rico en Omega 6. Al igual que el resto de aceites, es bueno para la salud del corazón, es antioxidante, disminuye el colesterol y también es usado en cosmética. Puede utilizarse para frituras, sin exceder en calor.

Las grasas son macronutrientes que deben ser consumidas en la dieta diaria. Proveen saciedad y ayudan en la absorción de vitaminas liposolubles.
La nutricionista Mae Moreno asegura que en el ser humano son un aislante térmico, proveen energía y son importantes en el desarrollo cerebral de los niños.

Existen de dos tipos: saturadas e insaturadas. El consumo exagerado de las primeras aumenta el riesgo de sufrir enfermedades de los lípidos, como colesterol alto y LDL elevado, que está asociado a problemas cardiovasculares.

Las poli y monoinsaturadas, que se extraen de las plantas y las semillas, son las más saludables. Aumentan el colesterol bueno o HDL, dice la experta.

Según Carlos Cabanilla, coordinador de Gastronomía de la Universidad de las Américas (UDLA), estos aceites aportan sabor y densidad. Si son trabajados en algún tipo de cocción, pide controlar el punto de humo. En culinaria prefieren su uso para preparar aderezos, vinagretas o directo en ensaladas.

Mientras que Roberto Ordóñez, especialista en alimentos y docente de Gastronomía de la UDLA, recomienda almacenarlos en un lugar fresco y oscuro, tapar bien el envase para evitar el ingreso de oxígeno, y evitar cambiar su estructura. Como no tiene agua, puede durar mucho tiempo.

Hay gran variedad en el mercado, como el de aguacate, almendras, oliva, girasol, maíz, maní y más. De esa oferta, la nutricionista María Isabel Cevallos pone sobre la mesa cuatro: canola, oliva extravirgen, maíz y girasol, que aunque “son mejores para el sometimiento al calor”, es preferible consumirlos en frío, para aderezar. (CM)

Oliva extravirgen
Contiene Omega 3 y 6, antioxidantes y nutrientes. Beneficia al corazón, al hígado, la circulación, al sistema inmunológico y al cerebro. Su consumo aporta a reducir el colesterol, bajar de peso y prevenir el envejecimiento. Se recomienda su uso para aderezar ensaladas. En peces, realza su sabor.

De canola
Es rico en Omega 3 y 6. Es una buena fuente de vitaminas E (antioxidante y cardioprotectora) y K. Ayuda a disminuir el colesterol, reducir los triglicéridos. Actúa como antiinflamatorio, mejora el funcionamiento cerebral y la memoria. Se lo ingiere en vinagretas, aderezos y con ensaladas.

De maíz
Se lo extrae de un grano que tiene múltiples favores. El producto puro, sin la mezcla con otros como el de palma, es una fuente de grasas poliinsaturadas, con aportes de Omega 3 y 6. Aporta a una buena salud. Es uno de los aceites recomendados para frituras, siempre que no se lo sobrecaliente.

De Girasol
Obtenido de la semilla de la planta de girasol, tiene como principal ingrediente el ácido linoleico rico en Omega 6. Al igual que el resto de aceites, es bueno para la salud del corazón, es antioxidante, disminuye el colesterol y también es usado en cosmética. Puede utilizarse para frituras, sin exceder en calor.

Las grasas son macronutrientes que deben ser consumidas en la dieta diaria. Proveen saciedad y ayudan en la absorción de vitaminas liposolubles.
La nutricionista Mae Moreno asegura que en el ser humano son un aislante térmico, proveen energía y son importantes en el desarrollo cerebral de los niños.

Existen de dos tipos: saturadas e insaturadas. El consumo exagerado de las primeras aumenta el riesgo de sufrir enfermedades de los lípidos, como colesterol alto y LDL elevado, que está asociado a problemas cardiovasculares.

Las poli y monoinsaturadas, que se extraen de las plantas y las semillas, son las más saludables. Aumentan el colesterol bueno o HDL, dice la experta.

Según Carlos Cabanilla, coordinador de Gastronomía de la Universidad de las Américas (UDLA), estos aceites aportan sabor y densidad. Si son trabajados en algún tipo de cocción, pide controlar el punto de humo. En culinaria prefieren su uso para preparar aderezos, vinagretas o directo en ensaladas.

Mientras que Roberto Ordóñez, especialista en alimentos y docente de Gastronomía de la UDLA, recomienda almacenarlos en un lugar fresco y oscuro, tapar bien el envase para evitar el ingreso de oxígeno, y evitar cambiar su estructura. Como no tiene agua, puede durar mucho tiempo.

Hay gran variedad en el mercado, como el de aguacate, almendras, oliva, girasol, maíz, maní y más. De esa oferta, la nutricionista María Isabel Cevallos pone sobre la mesa cuatro: canola, oliva extravirgen, maíz y girasol, que aunque “son mejores para el sometimiento al calor”, es preferible consumirlos en frío, para aderezar. (CM)

Oliva extravirgen
Contiene Omega 3 y 6, antioxidantes y nutrientes. Beneficia al corazón, al hígado, la circulación, al sistema inmunológico y al cerebro. Su consumo aporta a reducir el colesterol, bajar de peso y prevenir el envejecimiento. Se recomienda su uso para aderezar ensaladas. En peces, realza su sabor.

De canola
Es rico en Omega 3 y 6. Es una buena fuente de vitaminas E (antioxidante y cardioprotectora) y K. Ayuda a disminuir el colesterol, reducir los triglicéridos. Actúa como antiinflamatorio, mejora el funcionamiento cerebral y la memoria. Se lo ingiere en vinagretas, aderezos y con ensaladas.

De maíz
Se lo extrae de un grano que tiene múltiples favores. El producto puro, sin la mezcla con otros como el de palma, es una fuente de grasas poliinsaturadas, con aportes de Omega 3 y 6. Aporta a una buena salud. Es uno de los aceites recomendados para frituras, siempre que no se lo sobrecaliente.

De Girasol
Obtenido de la semilla de la planta de girasol, tiene como principal ingrediente el ácido linoleico rico en Omega 6. Al igual que el resto de aceites, es bueno para la salud del corazón, es antioxidante, disminuye el colesterol y también es usado en cosmética. Puede utilizarse para frituras, sin exceder en calor.

Punto de humeo
° En el aceite vegetal que se consume en casa, el punto de humeo se da cuando el producto llega a los 175-180º.

Al no tener un termómetro a mano, la persona debe calentar el aceite en llama media y para saber el punto de humeo, introducir una parte de un tubérculo para determinar el punto de burbuja, explica el chef Carlos Cabanilla. Si ese punto no es tan pronunciado, el aceite no está a una temperatura muy alta, lo cual permitirá trabajar en una fritura.

Punto de humeo
° En el aceite vegetal que se consume en casa, el punto de humeo se da cuando el producto llega a los 175-180º.

Al no tener un termómetro a mano, la persona debe calentar el aceite en llama media y para saber el punto de humeo, introducir una parte de un tubérculo para determinar el punto de burbuja, explica el chef Carlos Cabanilla. Si ese punto no es tan pronunciado, el aceite no está a una temperatura muy alta, lo cual permitirá trabajar en una fritura.

Punto de humeo
° En el aceite vegetal que se consume en casa, el punto de humeo se da cuando el producto llega a los 175-180º.

Al no tener un termómetro a mano, la persona debe calentar el aceite en llama media y para saber el punto de humeo, introducir una parte de un tubérculo para determinar el punto de burbuja, explica el chef Carlos Cabanilla. Si ese punto no es tan pronunciado, el aceite no está a una temperatura muy alta, lo cual permitirá trabajar en una fritura.

Punto de humeo
° En el aceite vegetal que se consume en casa, el punto de humeo se da cuando el producto llega a los 175-180º.

Al no tener un termómetro a mano, la persona debe calentar el aceite en llama media y para saber el punto de humeo, introducir una parte de un tubérculo para determinar el punto de burbuja, explica el chef Carlos Cabanilla. Si ese punto no es tan pronunciado, el aceite no está a una temperatura muy alta, lo cual permitirá trabajar en una fritura.