Comercio y toma de vías para parqueos en las casas de salud

situación. En las afueras de los hospitales hay presencia de comerciantes de ropa y alimentos.
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Elizabeth Pacheco llegó ayer, a las 06:00, con una paca de ropa a la calle 18 de Septiembre y Ayacucho. Aseguró que durante 30 años ha trabajado en ese sector, pero ayer ya no pudo ocupar la vereda del Hospital Carlos Andrade Marín (HCAM) del IESS.

Marco Carvajal, inspector del Cuerpo de Agentes de Control Metropolitano, le informó que no podía quedarse y que tampoco podía caminar ofreciendo su mercadería, pues las ventas informales están prohíbidas.

También le comentó que las autoridades de la casa de salud y del Municipio ejecutan un plan piloto en los espacios públicos aledaños a las casas de salud, para facilitar el ingreso de las ambulancias y de los pacientes.

75
centavos cobran los cuidadores de carros que operan afuera de los hospitales por la hora o fracción.Indignada, Pacheco respondió que la venta de ropa es su única fuente de ingresos, pero sus argumentos fueron insuficientes para convencer a la autoridad y tuvo que marcharse.

Además de prohibir las ventas informales, en la 18 de Septiembre y Ayacucho tampoco se permite que los vehículos se estacionen más de 10 minutos. El compromiso del hospital es habilitar 2 mil plazas para que los automotores que antes ocupaban estas vías se parqueen en un lugar seguro. Este cambio también afectó a los 60 integrantes de la Asociación de Cuidadores de Vehículos 24 de Septiembre, quienes rechazaron la medida adoptada por las autoridades y pidieron que se les den opciones para trabajar. Cada uno ganaba un promedio de 20 dólares en ese lugar.

En otras zonas

Los problemas relacionados con el comercio informal y el tránsito vehicular también fectan a otros hospitales de la ciudad, según pudo confirmar un equipo de La Hora.

Rocío Cando, quien vende comida en los exteriores del hospital Pablo Arturo Suárez, en el norte, se enteró de la intervención en las afueras del HCAM, pero dijo que en esa zona no haría falta una acción similar, porque tienen calles son más amplias. Argumentó que los comerciantes y los cuidadores de carros no ocupan mucho espacio.

600
vehículos se estacionaban a diario en la zona del hospital Carlos Andrade Marín.En las afueras del hospital Eugenio Espejo, en la Av. Gran Colombia, los usuarios esperan que también se aplique el plan para mejorar la circulación vehícular y evitar la presencia de informales. En esa zona hay un alto tráfico durante todo el día.

A esto se suma la presencia de vendedores de alimentos que se ubican en la zona de ingreso y salida de las ambulancias. Una situación similar se vive en el Hospital Gineco Obstétrico Isidro Ayora.

Los hospitales del norte tampoco escapan a esta realidad. En las afueras del hospital San Francisco del IESS, en Carcelén, las avenidas y calles aledañas están abarrotadas de autos que se quedan estacionados durante todo el día. En algunas ocasiones los usuarios de la casa de salud obstaculizan los parqueaderos de casas y conjuntos cercanos.

En el Hospital Docente de Calderón también se reportan inconvenientes similares. Integrantes de una cooperativa de taxis se parquean al filo de la vereda y han proliferado las ventas ambulantes. (PSD)

Elizabeth Pacheco llegó ayer, a las 06:00, con una paca de ropa a la calle 18 de Septiembre y Ayacucho. Aseguró que durante 30 años ha trabajado en ese sector, pero ayer ya no pudo ocupar la vereda del Hospital Carlos Andrade Marín (HCAM) del IESS.

Marco Carvajal, inspector del Cuerpo de Agentes de Control Metropolitano, le informó que no podía quedarse y que tampoco podía caminar ofreciendo su mercadería, pues las ventas informales están prohíbidas.

También le comentó que las autoridades de la casa de salud y del Municipio ejecutan un plan piloto en los espacios públicos aledaños a las casas de salud, para facilitar el ingreso de las ambulancias y de los pacientes.

75
centavos cobran los cuidadores de carros que operan afuera de los hospitales por la hora o fracción.Indignada, Pacheco respondió que la venta de ropa es su única fuente de ingresos, pero sus argumentos fueron insuficientes para convencer a la autoridad y tuvo que marcharse.

Además de prohibir las ventas informales, en la 18 de Septiembre y Ayacucho tampoco se permite que los vehículos se estacionen más de 10 minutos. El compromiso del hospital es habilitar 2 mil plazas para que los automotores que antes ocupaban estas vías se parqueen en un lugar seguro. Este cambio también afectó a los 60 integrantes de la Asociación de Cuidadores de Vehículos 24 de Septiembre, quienes rechazaron la medida adoptada por las autoridades y pidieron que se les den opciones para trabajar. Cada uno ganaba un promedio de 20 dólares en ese lugar.

En otras zonas

Los problemas relacionados con el comercio informal y el tránsito vehicular también fectan a otros hospitales de la ciudad, según pudo confirmar un equipo de La Hora.

Rocío Cando, quien vende comida en los exteriores del hospital Pablo Arturo Suárez, en el norte, se enteró de la intervención en las afueras del HCAM, pero dijo que en esa zona no haría falta una acción similar, porque tienen calles son más amplias. Argumentó que los comerciantes y los cuidadores de carros no ocupan mucho espacio.

600
vehículos se estacionaban a diario en la zona del hospital Carlos Andrade Marín.En las afueras del hospital Eugenio Espejo, en la Av. Gran Colombia, los usuarios esperan que también se aplique el plan para mejorar la circulación vehícular y evitar la presencia de informales. En esa zona hay un alto tráfico durante todo el día.

A esto se suma la presencia de vendedores de alimentos que se ubican en la zona de ingreso y salida de las ambulancias. Una situación similar se vive en el Hospital Gineco Obstétrico Isidro Ayora.

Los hospitales del norte tampoco escapan a esta realidad. En las afueras del hospital San Francisco del IESS, en Carcelén, las avenidas y calles aledañas están abarrotadas de autos que se quedan estacionados durante todo el día. En algunas ocasiones los usuarios de la casa de salud obstaculizan los parqueaderos de casas y conjuntos cercanos.

En el Hospital Docente de Calderón también se reportan inconvenientes similares. Integrantes de una cooperativa de taxis se parquean al filo de la vereda y han proliferado las ventas ambulantes. (PSD)

Elizabeth Pacheco llegó ayer, a las 06:00, con una paca de ropa a la calle 18 de Septiembre y Ayacucho. Aseguró que durante 30 años ha trabajado en ese sector, pero ayer ya no pudo ocupar la vereda del Hospital Carlos Andrade Marín (HCAM) del IESS.

Marco Carvajal, inspector del Cuerpo de Agentes de Control Metropolitano, le informó que no podía quedarse y que tampoco podía caminar ofreciendo su mercadería, pues las ventas informales están prohíbidas.

También le comentó que las autoridades de la casa de salud y del Municipio ejecutan un plan piloto en los espacios públicos aledaños a las casas de salud, para facilitar el ingreso de las ambulancias y de los pacientes.

75
centavos cobran los cuidadores de carros que operan afuera de los hospitales por la hora o fracción.Indignada, Pacheco respondió que la venta de ropa es su única fuente de ingresos, pero sus argumentos fueron insuficientes para convencer a la autoridad y tuvo que marcharse.

Además de prohibir las ventas informales, en la 18 de Septiembre y Ayacucho tampoco se permite que los vehículos se estacionen más de 10 minutos. El compromiso del hospital es habilitar 2 mil plazas para que los automotores que antes ocupaban estas vías se parqueen en un lugar seguro. Este cambio también afectó a los 60 integrantes de la Asociación de Cuidadores de Vehículos 24 de Septiembre, quienes rechazaron la medida adoptada por las autoridades y pidieron que se les den opciones para trabajar. Cada uno ganaba un promedio de 20 dólares en ese lugar.

En otras zonas

Los problemas relacionados con el comercio informal y el tránsito vehicular también fectan a otros hospitales de la ciudad, según pudo confirmar un equipo de La Hora.

Rocío Cando, quien vende comida en los exteriores del hospital Pablo Arturo Suárez, en el norte, se enteró de la intervención en las afueras del HCAM, pero dijo que en esa zona no haría falta una acción similar, porque tienen calles son más amplias. Argumentó que los comerciantes y los cuidadores de carros no ocupan mucho espacio.

600
vehículos se estacionaban a diario en la zona del hospital Carlos Andrade Marín.En las afueras del hospital Eugenio Espejo, en la Av. Gran Colombia, los usuarios esperan que también se aplique el plan para mejorar la circulación vehícular y evitar la presencia de informales. En esa zona hay un alto tráfico durante todo el día.

A esto se suma la presencia de vendedores de alimentos que se ubican en la zona de ingreso y salida de las ambulancias. Una situación similar se vive en el Hospital Gineco Obstétrico Isidro Ayora.

Los hospitales del norte tampoco escapan a esta realidad. En las afueras del hospital San Francisco del IESS, en Carcelén, las avenidas y calles aledañas están abarrotadas de autos que se quedan estacionados durante todo el día. En algunas ocasiones los usuarios de la casa de salud obstaculizan los parqueaderos de casas y conjuntos cercanos.

En el Hospital Docente de Calderón también se reportan inconvenientes similares. Integrantes de una cooperativa de taxis se parquean al filo de la vereda y han proliferado las ventas ambulantes. (PSD)

Elizabeth Pacheco llegó ayer, a las 06:00, con una paca de ropa a la calle 18 de Septiembre y Ayacucho. Aseguró que durante 30 años ha trabajado en ese sector, pero ayer ya no pudo ocupar la vereda del Hospital Carlos Andrade Marín (HCAM) del IESS.

Marco Carvajal, inspector del Cuerpo de Agentes de Control Metropolitano, le informó que no podía quedarse y que tampoco podía caminar ofreciendo su mercadería, pues las ventas informales están prohíbidas.

También le comentó que las autoridades de la casa de salud y del Municipio ejecutan un plan piloto en los espacios públicos aledaños a las casas de salud, para facilitar el ingreso de las ambulancias y de los pacientes.

75
centavos cobran los cuidadores de carros que operan afuera de los hospitales por la hora o fracción.Indignada, Pacheco respondió que la venta de ropa es su única fuente de ingresos, pero sus argumentos fueron insuficientes para convencer a la autoridad y tuvo que marcharse.

Además de prohibir las ventas informales, en la 18 de Septiembre y Ayacucho tampoco se permite que los vehículos se estacionen más de 10 minutos. El compromiso del hospital es habilitar 2 mil plazas para que los automotores que antes ocupaban estas vías se parqueen en un lugar seguro. Este cambio también afectó a los 60 integrantes de la Asociación de Cuidadores de Vehículos 24 de Septiembre, quienes rechazaron la medida adoptada por las autoridades y pidieron que se les den opciones para trabajar. Cada uno ganaba un promedio de 20 dólares en ese lugar.

En otras zonas

Los problemas relacionados con el comercio informal y el tránsito vehicular también fectan a otros hospitales de la ciudad, según pudo confirmar un equipo de La Hora.

Rocío Cando, quien vende comida en los exteriores del hospital Pablo Arturo Suárez, en el norte, se enteró de la intervención en las afueras del HCAM, pero dijo que en esa zona no haría falta una acción similar, porque tienen calles son más amplias. Argumentó que los comerciantes y los cuidadores de carros no ocupan mucho espacio.

600
vehículos se estacionaban a diario en la zona del hospital Carlos Andrade Marín.En las afueras del hospital Eugenio Espejo, en la Av. Gran Colombia, los usuarios esperan que también se aplique el plan para mejorar la circulación vehícular y evitar la presencia de informales. En esa zona hay un alto tráfico durante todo el día.

A esto se suma la presencia de vendedores de alimentos que se ubican en la zona de ingreso y salida de las ambulancias. Una situación similar se vive en el Hospital Gineco Obstétrico Isidro Ayora.

Los hospitales del norte tampoco escapan a esta realidad. En las afueras del hospital San Francisco del IESS, en Carcelén, las avenidas y calles aledañas están abarrotadas de autos que se quedan estacionados durante todo el día. En algunas ocasiones los usuarios de la casa de salud obstaculizan los parqueaderos de casas y conjuntos cercanos.

En el Hospital Docente de Calderón también se reportan inconvenientes similares. Integrantes de una cooperativa de taxis se parquean al filo de la vereda y han proliferado las ventas ambulantes. (PSD)