Postes de Quito saturados por ‘redes muertas’

‘Tallarines’. Problemas de contaminación visual ocasionan el cableado desordenado en la ciudad.
‘Tallarines’. Problemas de contaminación visual ocasionan el cableado desordenado en la ciudad.
‘Tallarines’. Problemas de contaminación visual ocasionan el cableado desordenado en la ciudad.
‘Tallarines’. Problemas de contaminación visual ocasionan el cableado desordenado en la ciudad.
‘Tallarines’. Problemas de contaminación visual ocasionan el cableado desordenado en la ciudad.
‘Tallarines’. Problemas de contaminación visual ocasionan el cableado desordenado en la ciudad.
‘Tallarines’. Problemas de contaminación visual ocasionan el cableado desordenado en la ciudad.
‘Tallarines’. Problemas de contaminación visual ocasionan el cableado desordenado en la ciudad.

Un 70% de los cables que cuelgan en los postes a lo largo y ancho de la ciudad corresponden a “redes muertas”; es decir, son cables que permanecen sin conexión ni proveen los servicios por los que fueron instalados originalmente.

La cifra consta en un informe técnico que la Empresa Eléctrica Quito presentó la semana anterior sobre el trabajo que realizan cada día sus equipos de mantenimiento y reparación en los postes y del “tendido” de redes eléctricas.

“Muchas veces los usuarios empiezan a prescindir de los servicios de telecomunicaciones. Y lo que hacen las empresas es cortar la acometida y no retiran los cables”, dijo Jorge Revelo, jefe de operaciones de la Empresa Eléctrica Quito (EEQ).

Sin anticipar posibles fechas o plazos, el funcionario sostuvo que de manera conjunta la EEQ, el Municipio de Quito y las empresas privadas y públicas de telecomunicaciones “tratan de hacer programas de retiro de estos elementos que están sin uso”. El control directo del uso de estas infraestructuras en pleno espacio público corresponde a la Municipalidad, agregó.

La realidad
En un recorrido por pleno hipercentro de la ciudad, en las calles principales y secundarias a los costados oriental y occidental del sector de La Mariscal, se constató que prácticamente la mayoría de los postes se encuentra sobre cargado.

EL DATO
$750 dólares es el costo promedio de cada metro de “soterramiento” o reubicación de los cables desde postes hacia conductos subterráneos.En la esquina de las calles Versalles y Luís Mosquera Narváez, por ejemplo, a los cables enredados y desordenados se sumaban además otros dos grandes rollos de cables de casi dos metros de diámetro. Similar situación de desorden se verificó en las calles de La Foresta, en particular a lo largo de la calle Toledo.

“Se ve muy mal esos cables, solo reflejan el desorden con el que se maneja la ciudad. No solo de ahora sino desde hace mucho tiempo se ha tolerado que dejen así. Y así todos perdemos, aquí sobre todo el potencial turístico”, comentó Juan Bayas, uno de los asiduos visitantes del sector.

El arquitecto y experto en construcción urbana, Magallanes Rivadeneira, comentó que la presencia de grandes cantidades de cables sobrecargados en casi toda la ciudad, especialmente en el hipercentro, produce contaminación visual y afea el aspecto de extensas zonas urbanas, comerciales e incluso turísticas.

10%
se estima que es el contrabando o “pérdidas negras” de energía eléctrica. “Es un problema de control de ciudad por parte del Municipio, que es socio de la Empresa Eléctrica, la que a su vez autoriza instalar cableado telefónico o de iluminación de acuerdo a normativa municipal y además administra los postes”, comentó.

El experto sugirió que grupos municipales específicos realicen un control permanente para evitar estos casos: “no hay alguien que se dedique a controlar, por eso es que todo el mundo pone los cables que más puede y sigue cargando las líneas y no se preocupan de definir cuáles son los cables muertos que hay que retirar”. (JCE)

Un 70% de los cables que cuelgan en los postes a lo largo y ancho de la ciudad corresponden a “redes muertas”; es decir, son cables que permanecen sin conexión ni proveen los servicios por los que fueron instalados originalmente.

La cifra consta en un informe técnico que la Empresa Eléctrica Quito presentó la semana anterior sobre el trabajo que realizan cada día sus equipos de mantenimiento y reparación en los postes y del “tendido” de redes eléctricas.

“Muchas veces los usuarios empiezan a prescindir de los servicios de telecomunicaciones. Y lo que hacen las empresas es cortar la acometida y no retiran los cables”, dijo Jorge Revelo, jefe de operaciones de la Empresa Eléctrica Quito (EEQ).

Sin anticipar posibles fechas o plazos, el funcionario sostuvo que de manera conjunta la EEQ, el Municipio de Quito y las empresas privadas y públicas de telecomunicaciones “tratan de hacer programas de retiro de estos elementos que están sin uso”. El control directo del uso de estas infraestructuras en pleno espacio público corresponde a la Municipalidad, agregó.

La realidad
En un recorrido por pleno hipercentro de la ciudad, en las calles principales y secundarias a los costados oriental y occidental del sector de La Mariscal, se constató que prácticamente la mayoría de los postes se encuentra sobre cargado.

EL DATO
$750 dólares es el costo promedio de cada metro de “soterramiento” o reubicación de los cables desde postes hacia conductos subterráneos.En la esquina de las calles Versalles y Luís Mosquera Narváez, por ejemplo, a los cables enredados y desordenados se sumaban además otros dos grandes rollos de cables de casi dos metros de diámetro. Similar situación de desorden se verificó en las calles de La Foresta, en particular a lo largo de la calle Toledo.

“Se ve muy mal esos cables, solo reflejan el desorden con el que se maneja la ciudad. No solo de ahora sino desde hace mucho tiempo se ha tolerado que dejen así. Y así todos perdemos, aquí sobre todo el potencial turístico”, comentó Juan Bayas, uno de los asiduos visitantes del sector.

El arquitecto y experto en construcción urbana, Magallanes Rivadeneira, comentó que la presencia de grandes cantidades de cables sobrecargados en casi toda la ciudad, especialmente en el hipercentro, produce contaminación visual y afea el aspecto de extensas zonas urbanas, comerciales e incluso turísticas.

10%
se estima que es el contrabando o “pérdidas negras” de energía eléctrica. “Es un problema de control de ciudad por parte del Municipio, que es socio de la Empresa Eléctrica, la que a su vez autoriza instalar cableado telefónico o de iluminación de acuerdo a normativa municipal y además administra los postes”, comentó.

El experto sugirió que grupos municipales específicos realicen un control permanente para evitar estos casos: “no hay alguien que se dedique a controlar, por eso es que todo el mundo pone los cables que más puede y sigue cargando las líneas y no se preocupan de definir cuáles son los cables muertos que hay que retirar”. (JCE)

Un 70% de los cables que cuelgan en los postes a lo largo y ancho de la ciudad corresponden a “redes muertas”; es decir, son cables que permanecen sin conexión ni proveen los servicios por los que fueron instalados originalmente.

La cifra consta en un informe técnico que la Empresa Eléctrica Quito presentó la semana anterior sobre el trabajo que realizan cada día sus equipos de mantenimiento y reparación en los postes y del “tendido” de redes eléctricas.

“Muchas veces los usuarios empiezan a prescindir de los servicios de telecomunicaciones. Y lo que hacen las empresas es cortar la acometida y no retiran los cables”, dijo Jorge Revelo, jefe de operaciones de la Empresa Eléctrica Quito (EEQ).

Sin anticipar posibles fechas o plazos, el funcionario sostuvo que de manera conjunta la EEQ, el Municipio de Quito y las empresas privadas y públicas de telecomunicaciones “tratan de hacer programas de retiro de estos elementos que están sin uso”. El control directo del uso de estas infraestructuras en pleno espacio público corresponde a la Municipalidad, agregó.

La realidad
En un recorrido por pleno hipercentro de la ciudad, en las calles principales y secundarias a los costados oriental y occidental del sector de La Mariscal, se constató que prácticamente la mayoría de los postes se encuentra sobre cargado.

EL DATO
$750 dólares es el costo promedio de cada metro de “soterramiento” o reubicación de los cables desde postes hacia conductos subterráneos.En la esquina de las calles Versalles y Luís Mosquera Narváez, por ejemplo, a los cables enredados y desordenados se sumaban además otros dos grandes rollos de cables de casi dos metros de diámetro. Similar situación de desorden se verificó en las calles de La Foresta, en particular a lo largo de la calle Toledo.

“Se ve muy mal esos cables, solo reflejan el desorden con el que se maneja la ciudad. No solo de ahora sino desde hace mucho tiempo se ha tolerado que dejen así. Y así todos perdemos, aquí sobre todo el potencial turístico”, comentó Juan Bayas, uno de los asiduos visitantes del sector.

El arquitecto y experto en construcción urbana, Magallanes Rivadeneira, comentó que la presencia de grandes cantidades de cables sobrecargados en casi toda la ciudad, especialmente en el hipercentro, produce contaminación visual y afea el aspecto de extensas zonas urbanas, comerciales e incluso turísticas.

10%
se estima que es el contrabando o “pérdidas negras” de energía eléctrica. “Es un problema de control de ciudad por parte del Municipio, que es socio de la Empresa Eléctrica, la que a su vez autoriza instalar cableado telefónico o de iluminación de acuerdo a normativa municipal y además administra los postes”, comentó.

El experto sugirió que grupos municipales específicos realicen un control permanente para evitar estos casos: “no hay alguien que se dedique a controlar, por eso es que todo el mundo pone los cables que más puede y sigue cargando las líneas y no se preocupan de definir cuáles son los cables muertos que hay que retirar”. (JCE)

Un 70% de los cables que cuelgan en los postes a lo largo y ancho de la ciudad corresponden a “redes muertas”; es decir, son cables que permanecen sin conexión ni proveen los servicios por los que fueron instalados originalmente.

La cifra consta en un informe técnico que la Empresa Eléctrica Quito presentó la semana anterior sobre el trabajo que realizan cada día sus equipos de mantenimiento y reparación en los postes y del “tendido” de redes eléctricas.

“Muchas veces los usuarios empiezan a prescindir de los servicios de telecomunicaciones. Y lo que hacen las empresas es cortar la acometida y no retiran los cables”, dijo Jorge Revelo, jefe de operaciones de la Empresa Eléctrica Quito (EEQ).

Sin anticipar posibles fechas o plazos, el funcionario sostuvo que de manera conjunta la EEQ, el Municipio de Quito y las empresas privadas y públicas de telecomunicaciones “tratan de hacer programas de retiro de estos elementos que están sin uso”. El control directo del uso de estas infraestructuras en pleno espacio público corresponde a la Municipalidad, agregó.

La realidad
En un recorrido por pleno hipercentro de la ciudad, en las calles principales y secundarias a los costados oriental y occidental del sector de La Mariscal, se constató que prácticamente la mayoría de los postes se encuentra sobre cargado.

EL DATO
$750 dólares es el costo promedio de cada metro de “soterramiento” o reubicación de los cables desde postes hacia conductos subterráneos.En la esquina de las calles Versalles y Luís Mosquera Narváez, por ejemplo, a los cables enredados y desordenados se sumaban además otros dos grandes rollos de cables de casi dos metros de diámetro. Similar situación de desorden se verificó en las calles de La Foresta, en particular a lo largo de la calle Toledo.

“Se ve muy mal esos cables, solo reflejan el desorden con el que se maneja la ciudad. No solo de ahora sino desde hace mucho tiempo se ha tolerado que dejen así. Y así todos perdemos, aquí sobre todo el potencial turístico”, comentó Juan Bayas, uno de los asiduos visitantes del sector.

El arquitecto y experto en construcción urbana, Magallanes Rivadeneira, comentó que la presencia de grandes cantidades de cables sobrecargados en casi toda la ciudad, especialmente en el hipercentro, produce contaminación visual y afea el aspecto de extensas zonas urbanas, comerciales e incluso turísticas.

10%
se estima que es el contrabando o “pérdidas negras” de energía eléctrica. “Es un problema de control de ciudad por parte del Municipio, que es socio de la Empresa Eléctrica, la que a su vez autoriza instalar cableado telefónico o de iluminación de acuerdo a normativa municipal y además administra los postes”, comentó.

El experto sugirió que grupos municipales específicos realicen un control permanente para evitar estos casos: “no hay alguien que se dedique a controlar, por eso es que todo el mundo pone los cables que más puede y sigue cargando las líneas y no se preocupan de definir cuáles son los cables muertos que hay que retirar”. (JCE)