¿Elecciones adelantadas?

Salvatore Foti

El Gobierno sufrió este domingo una grave derrota al no lograr que la Asamblea apruebe su Ley Económica. Una derrota política que tendrá gravísimas consecuencias, también políticas, a corto plazo. El Gobierno no tiene autoridad para gobernar y los escenarios con los cuales cuenta no son para nada alentadores.

Es una pena que al Presidente no se lo haya sabido blindar: Sus asesores y su entorno más cercano son, inclusive, más culpables que él de todas las derrotas sufridas. Cuesta entender para quién o quiénes trabajaron realmente. Toda decisión política, pública o comunicación propuesta resultaron siempre en rotundos fracasos que han carcomido rápidamente la aceptación y popularidad con la cual contaba Moreno. Un verdadero desastre.

La improvisación y la falta de identidad política empiezan a pasar cuentas. Con el archivo de la Ley Económica tal vez también se le archivó al Ejecutivo, que por ahora no puede gobernar ni tomar decisiones trascendentales.

Hablar de elecciones adelantadas no suena tan surreal y tal vez sea la única salida posible al calvario de la mala economía, del desempleo y de la incertidumbre política y social que atravesamos desde hace tres años. Una situación tan grave que hasta parecería que forma parte de un plan “perfecto, para que algún protagonista político salga beneficiado y gane las próximas elecciones.

Un verdadero complot o “autogolpe”, para que los grupos de poder que estuvieron detrás de Moreno por fin puedan tomarse el poder. Pero, si bien esto podía darse hace seis meses, ya no podemos decir que contamos con las mismas condiciones. Me parece que calcularon mal los tiempos.

Hasta me atrevo a decir que le va a salir el tiro por la culata, pues hoy la Conaie lleva dos triunfos seguidos; el correísmo sigue posicionado y vigente; en cambio, las fuerzas ortodoxas no han sabido aprovechar para nada la gran ventaja política que tuvieron durante estos tres años con la Presidencia de Moreno. Mejor sigan aguantando.

[email protected]

Salvatore Foti

El Gobierno sufrió este domingo una grave derrota al no lograr que la Asamblea apruebe su Ley Económica. Una derrota política que tendrá gravísimas consecuencias, también políticas, a corto plazo. El Gobierno no tiene autoridad para gobernar y los escenarios con los cuales cuenta no son para nada alentadores.

Es una pena que al Presidente no se lo haya sabido blindar: Sus asesores y su entorno más cercano son, inclusive, más culpables que él de todas las derrotas sufridas. Cuesta entender para quién o quiénes trabajaron realmente. Toda decisión política, pública o comunicación propuesta resultaron siempre en rotundos fracasos que han carcomido rápidamente la aceptación y popularidad con la cual contaba Moreno. Un verdadero desastre.

La improvisación y la falta de identidad política empiezan a pasar cuentas. Con el archivo de la Ley Económica tal vez también se le archivó al Ejecutivo, que por ahora no puede gobernar ni tomar decisiones trascendentales.

Hablar de elecciones adelantadas no suena tan surreal y tal vez sea la única salida posible al calvario de la mala economía, del desempleo y de la incertidumbre política y social que atravesamos desde hace tres años. Una situación tan grave que hasta parecería que forma parte de un plan “perfecto, para que algún protagonista político salga beneficiado y gane las próximas elecciones.

Un verdadero complot o “autogolpe”, para que los grupos de poder que estuvieron detrás de Moreno por fin puedan tomarse el poder. Pero, si bien esto podía darse hace seis meses, ya no podemos decir que contamos con las mismas condiciones. Me parece que calcularon mal los tiempos.

Hasta me atrevo a decir que le va a salir el tiro por la culata, pues hoy la Conaie lleva dos triunfos seguidos; el correísmo sigue posicionado y vigente; en cambio, las fuerzas ortodoxas no han sabido aprovechar para nada la gran ventaja política que tuvieron durante estos tres años con la Presidencia de Moreno. Mejor sigan aguantando.

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Salvatore Foti

El Gobierno sufrió este domingo una grave derrota al no lograr que la Asamblea apruebe su Ley Económica. Una derrota política que tendrá gravísimas consecuencias, también políticas, a corto plazo. El Gobierno no tiene autoridad para gobernar y los escenarios con los cuales cuenta no son para nada alentadores.

Es una pena que al Presidente no se lo haya sabido blindar: Sus asesores y su entorno más cercano son, inclusive, más culpables que él de todas las derrotas sufridas. Cuesta entender para quién o quiénes trabajaron realmente. Toda decisión política, pública o comunicación propuesta resultaron siempre en rotundos fracasos que han carcomido rápidamente la aceptación y popularidad con la cual contaba Moreno. Un verdadero desastre.

La improvisación y la falta de identidad política empiezan a pasar cuentas. Con el archivo de la Ley Económica tal vez también se le archivó al Ejecutivo, que por ahora no puede gobernar ni tomar decisiones trascendentales.

Hablar de elecciones adelantadas no suena tan surreal y tal vez sea la única salida posible al calvario de la mala economía, del desempleo y de la incertidumbre política y social que atravesamos desde hace tres años. Una situación tan grave que hasta parecería que forma parte de un plan “perfecto, para que algún protagonista político salga beneficiado y gane las próximas elecciones.

Un verdadero complot o “autogolpe”, para que los grupos de poder que estuvieron detrás de Moreno por fin puedan tomarse el poder. Pero, si bien esto podía darse hace seis meses, ya no podemos decir que contamos con las mismas condiciones. Me parece que calcularon mal los tiempos.

Hasta me atrevo a decir que le va a salir el tiro por la culata, pues hoy la Conaie lleva dos triunfos seguidos; el correísmo sigue posicionado y vigente; en cambio, las fuerzas ortodoxas no han sabido aprovechar para nada la gran ventaja política que tuvieron durante estos tres años con la Presidencia de Moreno. Mejor sigan aguantando.

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Salvatore Foti

El Gobierno sufrió este domingo una grave derrota al no lograr que la Asamblea apruebe su Ley Económica. Una derrota política que tendrá gravísimas consecuencias, también políticas, a corto plazo. El Gobierno no tiene autoridad para gobernar y los escenarios con los cuales cuenta no son para nada alentadores.

Es una pena que al Presidente no se lo haya sabido blindar: Sus asesores y su entorno más cercano son, inclusive, más culpables que él de todas las derrotas sufridas. Cuesta entender para quién o quiénes trabajaron realmente. Toda decisión política, pública o comunicación propuesta resultaron siempre en rotundos fracasos que han carcomido rápidamente la aceptación y popularidad con la cual contaba Moreno. Un verdadero desastre.

La improvisación y la falta de identidad política empiezan a pasar cuentas. Con el archivo de la Ley Económica tal vez también se le archivó al Ejecutivo, que por ahora no puede gobernar ni tomar decisiones trascendentales.

Hablar de elecciones adelantadas no suena tan surreal y tal vez sea la única salida posible al calvario de la mala economía, del desempleo y de la incertidumbre política y social que atravesamos desde hace tres años. Una situación tan grave que hasta parecería que forma parte de un plan “perfecto, para que algún protagonista político salga beneficiado y gane las próximas elecciones.

Un verdadero complot o “autogolpe”, para que los grupos de poder que estuvieron detrás de Moreno por fin puedan tomarse el poder. Pero, si bien esto podía darse hace seis meses, ya no podemos decir que contamos con las mismas condiciones. Me parece que calcularon mal los tiempos.

Hasta me atrevo a decir que le va a salir el tiro por la culata, pues hoy la Conaie lleva dos triunfos seguidos; el correísmo sigue posicionado y vigente; en cambio, las fuerzas ortodoxas no han sabido aprovechar para nada la gran ventaja política que tuvieron durante estos tres años con la Presidencia de Moreno. Mejor sigan aguantando.

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