Centro Histórico es casi inaccesible para discapacitados

LUCHA. Para llegar a su puesto de trabajo, Lasteña León y la persona que le ayuda a movilizarse en una silla de ruedas deben sortear numerosos obstáculos.
LUCHA. Para llegar a su puesto de trabajo, Lasteña León y la persona que le ayuda a movilizarse en una silla de ruedas deben sortear numerosos obstáculos.
LUCHA. Para llegar a su puesto de trabajo, Lasteña León y la persona que le ayuda a movilizarse en una silla de ruedas deben sortear numerosos obstáculos.
LUCHA. Para llegar a su puesto de trabajo, Lasteña León y la persona que le ayuda a movilizarse en una silla de ruedas deben sortear numerosos obstáculos.
LUCHA. Para llegar a su puesto de trabajo, Lasteña León y la persona que le ayuda a movilizarse en una silla de ruedas deben sortear numerosos obstáculos.
LUCHA. Para llegar a su puesto de trabajo, Lasteña León y la persona que le ayuda a movilizarse en una silla de ruedas deben sortear numerosos obstáculos.
LUCHA. Para llegar a su puesto de trabajo, Lasteña León y la persona que le ayuda a movilizarse en una silla de ruedas deben sortear numerosos obstáculos.
LUCHA. Para llegar a su puesto de trabajo, Lasteña León y la persona que le ayuda a movilizarse en una silla de ruedas deben sortear numerosos obstáculos.

María Lasteña León, de 49 años, nació sin brazos ni piernas, pero tiene una gran habilidad para pintar paisajes andinos y hacer bufandas solo con su boca.

Ella tiene un espacio de exposición autorizado en la esquina de la Plaza Chica, junto al Municipio, en el Centro Histórico, pero cada día debe sortear cientos de obstáculos para llegar hasta su lugar de trabajo.

Elizabeth Márquez, quien la ayuda a movilizarse, confirma que desde la casa de León, en Monjas (centro oriente), se enfrentan a barreras físicas y culturales. “Muchos taxistas pasan de largo. Son pocos los que se detienen para ayudarnos. En el Centro Histórico, en cambio, hay obstáculos en todo lado para avanzar con la silla de ruedas”.

Según un estudio de la fundación Procodis, que enfoca su atención a la promoción y comunicación de las discapacidades, el Casco Colonial, efectivamente figura como una de las zonas donde hay más obstáculos para las personas con discapacidad.

Su representante, Walker Verdesoto, señala que toda la ciudad, pero especialmente el área del Centro Histórico, está diseñada para priorizar la accesibilidad del vehículo. “En la mayoría de las plazas hay esos adornos urbanos como esferas de piedra o pequeños postes metálicos que son verdaderos ‘rompecaminos’ para las personas con discapacidad”.

‘Normas muy generales’
Verdesoto agrega que las ordenanzas municipales sobre discapacidades quedan en generalidades, es decir que no especifican mecanismos ni parámetros para facilitar el acceso al transporte público, actualizar la política pública con la obligación de que nuevas edificaciones privadas o construcciones públicas que incluyan la accesibilidad universal.

66.689
personas con discapacidad viven en Quito.León confirma que no hay iniciativas que trasciendan el tiempo. Ella conoce leyes y ordenanzas que toman en cuenta la situación de las personas con discapacidad, pero sabe que “muchas veces no se cumplen”.

El catedrático de Planificación Urbana Hernán Orbea corrobora que las ordenanzas están emitidas, pero aclara que son poco acatadas. “Ha habido una cultura de soslayar a la discapacidad. Quito tiene aceras discontinuas con una clarísima prioridad de satisfacer las necesidades técnicas de los vehículos más que de las personas. Quito está pensada más en los carros, en los sanos y en los jóvenes y no precisamente en las personas con discapacidad».

María Lasteña León, de 49 años, nació sin brazos ni piernas, pero tiene una gran habilidad para pintar paisajes andinos y hacer bufandas solo con su boca.

Ella tiene un espacio de exposición autorizado en la esquina de la Plaza Chica, junto al Municipio, en el Centro Histórico, pero cada día debe sortear cientos de obstáculos para llegar hasta su lugar de trabajo.

Elizabeth Márquez, quien la ayuda a movilizarse, confirma que desde la casa de León, en Monjas (centro oriente), se enfrentan a barreras físicas y culturales. “Muchos taxistas pasan de largo. Son pocos los que se detienen para ayudarnos. En el Centro Histórico, en cambio, hay obstáculos en todo lado para avanzar con la silla de ruedas”.

Según un estudio de la fundación Procodis, que enfoca su atención a la promoción y comunicación de las discapacidades, el Casco Colonial, efectivamente figura como una de las zonas donde hay más obstáculos para las personas con discapacidad.

Su representante, Walker Verdesoto, señala que toda la ciudad, pero especialmente el área del Centro Histórico, está diseñada para priorizar la accesibilidad del vehículo. “En la mayoría de las plazas hay esos adornos urbanos como esferas de piedra o pequeños postes metálicos que son verdaderos ‘rompecaminos’ para las personas con discapacidad”.

‘Normas muy generales’
Verdesoto agrega que las ordenanzas municipales sobre discapacidades quedan en generalidades, es decir que no especifican mecanismos ni parámetros para facilitar el acceso al transporte público, actualizar la política pública con la obligación de que nuevas edificaciones privadas o construcciones públicas que incluyan la accesibilidad universal.

66.689
personas con discapacidad viven en Quito.León confirma que no hay iniciativas que trasciendan el tiempo. Ella conoce leyes y ordenanzas que toman en cuenta la situación de las personas con discapacidad, pero sabe que “muchas veces no se cumplen”.

El catedrático de Planificación Urbana Hernán Orbea corrobora que las ordenanzas están emitidas, pero aclara que son poco acatadas. “Ha habido una cultura de soslayar a la discapacidad. Quito tiene aceras discontinuas con una clarísima prioridad de satisfacer las necesidades técnicas de los vehículos más que de las personas. Quito está pensada más en los carros, en los sanos y en los jóvenes y no precisamente en las personas con discapacidad».

María Lasteña León, de 49 años, nació sin brazos ni piernas, pero tiene una gran habilidad para pintar paisajes andinos y hacer bufandas solo con su boca.

Ella tiene un espacio de exposición autorizado en la esquina de la Plaza Chica, junto al Municipio, en el Centro Histórico, pero cada día debe sortear cientos de obstáculos para llegar hasta su lugar de trabajo.

Elizabeth Márquez, quien la ayuda a movilizarse, confirma que desde la casa de León, en Monjas (centro oriente), se enfrentan a barreras físicas y culturales. “Muchos taxistas pasan de largo. Son pocos los que se detienen para ayudarnos. En el Centro Histórico, en cambio, hay obstáculos en todo lado para avanzar con la silla de ruedas”.

Según un estudio de la fundación Procodis, que enfoca su atención a la promoción y comunicación de las discapacidades, el Casco Colonial, efectivamente figura como una de las zonas donde hay más obstáculos para las personas con discapacidad.

Su representante, Walker Verdesoto, señala que toda la ciudad, pero especialmente el área del Centro Histórico, está diseñada para priorizar la accesibilidad del vehículo. “En la mayoría de las plazas hay esos adornos urbanos como esferas de piedra o pequeños postes metálicos que son verdaderos ‘rompecaminos’ para las personas con discapacidad”.

‘Normas muy generales’
Verdesoto agrega que las ordenanzas municipales sobre discapacidades quedan en generalidades, es decir que no especifican mecanismos ni parámetros para facilitar el acceso al transporte público, actualizar la política pública con la obligación de que nuevas edificaciones privadas o construcciones públicas que incluyan la accesibilidad universal.

66.689
personas con discapacidad viven en Quito.León confirma que no hay iniciativas que trasciendan el tiempo. Ella conoce leyes y ordenanzas que toman en cuenta la situación de las personas con discapacidad, pero sabe que “muchas veces no se cumplen”.

El catedrático de Planificación Urbana Hernán Orbea corrobora que las ordenanzas están emitidas, pero aclara que son poco acatadas. “Ha habido una cultura de soslayar a la discapacidad. Quito tiene aceras discontinuas con una clarísima prioridad de satisfacer las necesidades técnicas de los vehículos más que de las personas. Quito está pensada más en los carros, en los sanos y en los jóvenes y no precisamente en las personas con discapacidad».

María Lasteña León, de 49 años, nació sin brazos ni piernas, pero tiene una gran habilidad para pintar paisajes andinos y hacer bufandas solo con su boca.

Ella tiene un espacio de exposición autorizado en la esquina de la Plaza Chica, junto al Municipio, en el Centro Histórico, pero cada día debe sortear cientos de obstáculos para llegar hasta su lugar de trabajo.

Elizabeth Márquez, quien la ayuda a movilizarse, confirma que desde la casa de León, en Monjas (centro oriente), se enfrentan a barreras físicas y culturales. “Muchos taxistas pasan de largo. Son pocos los que se detienen para ayudarnos. En el Centro Histórico, en cambio, hay obstáculos en todo lado para avanzar con la silla de ruedas”.

Según un estudio de la fundación Procodis, que enfoca su atención a la promoción y comunicación de las discapacidades, el Casco Colonial, efectivamente figura como una de las zonas donde hay más obstáculos para las personas con discapacidad.

Su representante, Walker Verdesoto, señala que toda la ciudad, pero especialmente el área del Centro Histórico, está diseñada para priorizar la accesibilidad del vehículo. “En la mayoría de las plazas hay esos adornos urbanos como esferas de piedra o pequeños postes metálicos que son verdaderos ‘rompecaminos’ para las personas con discapacidad”.

‘Normas muy generales’
Verdesoto agrega que las ordenanzas municipales sobre discapacidades quedan en generalidades, es decir que no especifican mecanismos ni parámetros para facilitar el acceso al transporte público, actualizar la política pública con la obligación de que nuevas edificaciones privadas o construcciones públicas que incluyan la accesibilidad universal.

66.689
personas con discapacidad viven en Quito.León confirma que no hay iniciativas que trasciendan el tiempo. Ella conoce leyes y ordenanzas que toman en cuenta la situación de las personas con discapacidad, pero sabe que “muchas veces no se cumplen”.

El catedrático de Planificación Urbana Hernán Orbea corrobora que las ordenanzas están emitidas, pero aclara que son poco acatadas. “Ha habido una cultura de soslayar a la discapacidad. Quito tiene aceras discontinuas con una clarísima prioridad de satisfacer las necesidades técnicas de los vehículos más que de las personas. Quito está pensada más en los carros, en los sanos y en los jóvenes y no precisamente en las personas con discapacidad».

BARRERAS. Las personas con discapacidad enfrentan dificultades en el Casco Colonial, donde incluso hay veredas dañadas.
BARRERAS. Las personas con discapacidad enfrentan dificultades en el Casco Colonial, donde incluso hay veredas dañadas.
BARRERAS. Las personas con discapacidad enfrentan dificultades en el Casco Colonial, donde incluso hay veredas dañadas.
BARRERAS. Las personas con discapacidad enfrentan dificultades en el Casco Colonial, donde incluso hay veredas dañadas.
BARRERAS. Las personas con discapacidad enfrentan dificultades en el Casco Colonial, donde incluso hay veredas dañadas.
BARRERAS. Las personas con discapacidad enfrentan dificultades en el Casco Colonial, donde incluso hay veredas dañadas.
BARRERAS. Las personas con discapacidad enfrentan dificultades en el Casco Colonial, donde incluso hay veredas dañadas.
BARRERAS. Las personas con discapacidad enfrentan dificultades en el Casco Colonial, donde incluso hay veredas dañadas.

Zonas accesibles
Orbea recomienda insistir en programas de soterramiento de cables y “regularización de aceras”, como los que se han impulsado en La Mariscal, en el mismo Centro Histórico, en la Naciones Unidas y en Santa Clara.

En esas zonas, efectivamente, hay rampas de acceso que cumplen normas internacionales de accesibilidad y aceras despejadas, en buen estado y con guías ‘podoctátiles’, que facilitan la movilidad de personas ciegas.

Una de estas zonas está en la avenida 10 de Agosto, entre las calles Carondelet y Villalengua, pero solo es un tramo de 50 metros, y está junto al edificio del Consejo Nacional de Discapacidades (Conadis). Esto contrasta con el resto de la avenida donde las aceras se encuentran en mal estado, hay hundimientos, paneles publicitarios y hasta los cimientos de un paso peatonal que fue derribado.

EL DATO
El 14% de las personas con discapacidad en el país viven en Quito.El consejero del presidente Lenín Moreno en materia de discapacidades, Xavier Torres, confirma que la movilidad y la accesibilidad universal sigue siendo una deuda del Municipio en toda la ciudad, “especialmente donde es más evidente el incumplimiento de normativas con las líneas (de buses) que pasan por la América, 10 de Agosto y 6 de Diciembre”.

Agrega que en gran parte de la ciudad el Municipio y los propietarios de inmuebles tienen un trabajo pendiente para garantizar que las aceras se encuentren libres de obstáculos. “Es necesario insistir en el control y en los permisos para que se puedan hacer los accesos”.

El experto en Gobierno Abierto y legislación de gobiernos locales, Diego Cevallos, señala que se deben fortalecer los mecanismos de control para que se cumplan las normas a favor de las personas con discapacidad.

“Tenemos el transporte público. Según las normas, las personas con discapacidad gozarán de atención preferente, sin embargo, es público y notorio que esto no es así, por lo tanto, esto no es un ámbito que no tenga regulación, es un aspecto regulado en el que la norma se incumple”.

Mesas de trabajo
° La presidenta de la Comisión de Inclusión Social del Municipio, Gissela Chalá, explica que se realizan mesas de trabajo con las empresas y secretarías municipales para verificar cómo se planifican y ejecutan acciones a favor de las personas con discapacidad. “Insistimos en que la Empresa Metropolitana de Obras Públicas no tenga solo presupuestos para pavimentación sino que también destine recursos para que los espacios públicos y aceras sean caminables y cumplan con las normas de accesibilidad”.

La concejala anuncia que presentará una propuesta de ordenanza que establezca mecanismos específicos para el cumplimiento de las políticas públicas sobre discapacidad.

Legislación
Algunas normativas

° En el Código Municipal se recogen las ordenanzas de Discapacidades (055) y 194 de transporte público, que establecen la obligación del Municipio de que en la ciudad se garanticen condiciones para el respeto a los derechos de las personas con discapacidad.

° El artículo II.1.13 señala que la administración municipal “adecuará sus prestaciones a las necesidades de grupos prioritarios” entre los que se cuentan las personas con discapacidad.

° En el artículo II.2.6, se garantiza al menos el 5% de cupos educativos en escuelas y colegios municipales.

Zonas accesibles
Orbea recomienda insistir en programas de soterramiento de cables y “regularización de aceras”, como los que se han impulsado en La Mariscal, en el mismo Centro Histórico, en la Naciones Unidas y en Santa Clara.

En esas zonas, efectivamente, hay rampas de acceso que cumplen normas internacionales de accesibilidad y aceras despejadas, en buen estado y con guías ‘podoctátiles’, que facilitan la movilidad de personas ciegas.

Una de estas zonas está en la avenida 10 de Agosto, entre las calles Carondelet y Villalengua, pero solo es un tramo de 50 metros, y está junto al edificio del Consejo Nacional de Discapacidades (Conadis). Esto contrasta con el resto de la avenida donde las aceras se encuentran en mal estado, hay hundimientos, paneles publicitarios y hasta los cimientos de un paso peatonal que fue derribado.

EL DATO
El 14% de las personas con discapacidad en el país viven en Quito.El consejero del presidente Lenín Moreno en materia de discapacidades, Xavier Torres, confirma que la movilidad y la accesibilidad universal sigue siendo una deuda del Municipio en toda la ciudad, “especialmente donde es más evidente el incumplimiento de normativas con las líneas (de buses) que pasan por la América, 10 de Agosto y 6 de Diciembre”.

Agrega que en gran parte de la ciudad el Municipio y los propietarios de inmuebles tienen un trabajo pendiente para garantizar que las aceras se encuentren libres de obstáculos. “Es necesario insistir en el control y en los permisos para que se puedan hacer los accesos”.

El experto en Gobierno Abierto y legislación de gobiernos locales, Diego Cevallos, señala que se deben fortalecer los mecanismos de control para que se cumplan las normas a favor de las personas con discapacidad.

“Tenemos el transporte público. Según las normas, las personas con discapacidad gozarán de atención preferente, sin embargo, es público y notorio que esto no es así, por lo tanto, esto no es un ámbito que no tenga regulación, es un aspecto regulado en el que la norma se incumple”.

Mesas de trabajo
° La presidenta de la Comisión de Inclusión Social del Municipio, Gissela Chalá, explica que se realizan mesas de trabajo con las empresas y secretarías municipales para verificar cómo se planifican y ejecutan acciones a favor de las personas con discapacidad. “Insistimos en que la Empresa Metropolitana de Obras Públicas no tenga solo presupuestos para pavimentación sino que también destine recursos para que los espacios públicos y aceras sean caminables y cumplan con las normas de accesibilidad”.

La concejala anuncia que presentará una propuesta de ordenanza que establezca mecanismos específicos para el cumplimiento de las políticas públicas sobre discapacidad.

Legislación
Algunas normativas

° En el Código Municipal se recogen las ordenanzas de Discapacidades (055) y 194 de transporte público, que establecen la obligación del Municipio de que en la ciudad se garanticen condiciones para el respeto a los derechos de las personas con discapacidad.

° El artículo II.1.13 señala que la administración municipal “adecuará sus prestaciones a las necesidades de grupos prioritarios” entre los que se cuentan las personas con discapacidad.

° En el artículo II.2.6, se garantiza al menos el 5% de cupos educativos en escuelas y colegios municipales.

Zonas accesibles
Orbea recomienda insistir en programas de soterramiento de cables y “regularización de aceras”, como los que se han impulsado en La Mariscal, en el mismo Centro Histórico, en la Naciones Unidas y en Santa Clara.

En esas zonas, efectivamente, hay rampas de acceso que cumplen normas internacionales de accesibilidad y aceras despejadas, en buen estado y con guías ‘podoctátiles’, que facilitan la movilidad de personas ciegas.

Una de estas zonas está en la avenida 10 de Agosto, entre las calles Carondelet y Villalengua, pero solo es un tramo de 50 metros, y está junto al edificio del Consejo Nacional de Discapacidades (Conadis). Esto contrasta con el resto de la avenida donde las aceras se encuentran en mal estado, hay hundimientos, paneles publicitarios y hasta los cimientos de un paso peatonal que fue derribado.

EL DATO
El 14% de las personas con discapacidad en el país viven en Quito.El consejero del presidente Lenín Moreno en materia de discapacidades, Xavier Torres, confirma que la movilidad y la accesibilidad universal sigue siendo una deuda del Municipio en toda la ciudad, “especialmente donde es más evidente el incumplimiento de normativas con las líneas (de buses) que pasan por la América, 10 de Agosto y 6 de Diciembre”.

Agrega que en gran parte de la ciudad el Municipio y los propietarios de inmuebles tienen un trabajo pendiente para garantizar que las aceras se encuentren libres de obstáculos. “Es necesario insistir en el control y en los permisos para que se puedan hacer los accesos”.

El experto en Gobierno Abierto y legislación de gobiernos locales, Diego Cevallos, señala que se deben fortalecer los mecanismos de control para que se cumplan las normas a favor de las personas con discapacidad.

“Tenemos el transporte público. Según las normas, las personas con discapacidad gozarán de atención preferente, sin embargo, es público y notorio que esto no es así, por lo tanto, esto no es un ámbito que no tenga regulación, es un aspecto regulado en el que la norma se incumple”.

Mesas de trabajo
° La presidenta de la Comisión de Inclusión Social del Municipio, Gissela Chalá, explica que se realizan mesas de trabajo con las empresas y secretarías municipales para verificar cómo se planifican y ejecutan acciones a favor de las personas con discapacidad. “Insistimos en que la Empresa Metropolitana de Obras Públicas no tenga solo presupuestos para pavimentación sino que también destine recursos para que los espacios públicos y aceras sean caminables y cumplan con las normas de accesibilidad”.

La concejala anuncia que presentará una propuesta de ordenanza que establezca mecanismos específicos para el cumplimiento de las políticas públicas sobre discapacidad.

Legislación
Algunas normativas

° En el Código Municipal se recogen las ordenanzas de Discapacidades (055) y 194 de transporte público, que establecen la obligación del Municipio de que en la ciudad se garanticen condiciones para el respeto a los derechos de las personas con discapacidad.

° El artículo II.1.13 señala que la administración municipal “adecuará sus prestaciones a las necesidades de grupos prioritarios” entre los que se cuentan las personas con discapacidad.

° En el artículo II.2.6, se garantiza al menos el 5% de cupos educativos en escuelas y colegios municipales.

Zonas accesibles
Orbea recomienda insistir en programas de soterramiento de cables y “regularización de aceras”, como los que se han impulsado en La Mariscal, en el mismo Centro Histórico, en la Naciones Unidas y en Santa Clara.

En esas zonas, efectivamente, hay rampas de acceso que cumplen normas internacionales de accesibilidad y aceras despejadas, en buen estado y con guías ‘podoctátiles’, que facilitan la movilidad de personas ciegas.

Una de estas zonas está en la avenida 10 de Agosto, entre las calles Carondelet y Villalengua, pero solo es un tramo de 50 metros, y está junto al edificio del Consejo Nacional de Discapacidades (Conadis). Esto contrasta con el resto de la avenida donde las aceras se encuentran en mal estado, hay hundimientos, paneles publicitarios y hasta los cimientos de un paso peatonal que fue derribado.

EL DATO
El 14% de las personas con discapacidad en el país viven en Quito.El consejero del presidente Lenín Moreno en materia de discapacidades, Xavier Torres, confirma que la movilidad y la accesibilidad universal sigue siendo una deuda del Municipio en toda la ciudad, “especialmente donde es más evidente el incumplimiento de normativas con las líneas (de buses) que pasan por la América, 10 de Agosto y 6 de Diciembre”.

Agrega que en gran parte de la ciudad el Municipio y los propietarios de inmuebles tienen un trabajo pendiente para garantizar que las aceras se encuentren libres de obstáculos. “Es necesario insistir en el control y en los permisos para que se puedan hacer los accesos”.

El experto en Gobierno Abierto y legislación de gobiernos locales, Diego Cevallos, señala que se deben fortalecer los mecanismos de control para que se cumplan las normas a favor de las personas con discapacidad.

“Tenemos el transporte público. Según las normas, las personas con discapacidad gozarán de atención preferente, sin embargo, es público y notorio que esto no es así, por lo tanto, esto no es un ámbito que no tenga regulación, es un aspecto regulado en el que la norma se incumple”.

Mesas de trabajo
° La presidenta de la Comisión de Inclusión Social del Municipio, Gissela Chalá, explica que se realizan mesas de trabajo con las empresas y secretarías municipales para verificar cómo se planifican y ejecutan acciones a favor de las personas con discapacidad. “Insistimos en que la Empresa Metropolitana de Obras Públicas no tenga solo presupuestos para pavimentación sino que también destine recursos para que los espacios públicos y aceras sean caminables y cumplan con las normas de accesibilidad”.

La concejala anuncia que presentará una propuesta de ordenanza que establezca mecanismos específicos para el cumplimiento de las políticas públicas sobre discapacidad.

Legislación
Algunas normativas

° En el Código Municipal se recogen las ordenanzas de Discapacidades (055) y 194 de transporte público, que establecen la obligación del Municipio de que en la ciudad se garanticen condiciones para el respeto a los derechos de las personas con discapacidad.

° El artículo II.1.13 señala que la administración municipal “adecuará sus prestaciones a las necesidades de grupos prioritarios” entre los que se cuentan las personas con discapacidad.

° En el artículo II.2.6, se garantiza al menos el 5% de cupos educativos en escuelas y colegios municipales.