Analistas advierten que las decisiones que se toman en el TCE y CNE traspasan el orden jurídico y obedecen a encuestas del momento.

La calificación del binomio presidencial de la alianza Unión por la Esperanza (UNES), integrado por Andrés Arauz y Carlos Rabascall, continúa siendo la ‘papa caliente’ en el tablero político.

La pelota volvió a rodar hacia la cancha del Consejo Nacional Electoral (CNE), para que sea este el organismo el que resuelva qué hacer con una objeción planteada por dos ciudadanos sobre la legalidad respecto a la conformación de la alianza.

Esta candidatura, aceptada por el CNE, pero no calificada en firme, fue objetada por Carlos Arboleda y Wilson Freire por dos ocasiones.

Sin embargo, los vocales rechazaron esta objeción y la de Michael Aulestia, representante del movimiento Ahora, quien también quiso tumbar a UNES con un recurso subjetivo.

Decisiones importantes

Las dos reclamaciones fueron despachadas en una sola resolución, lo que, para los jueces del Tribunal Contencioso Electoral (TCE) constituyó en un error, pues debió hacerse en trámites diferentes.

El TCE envió nuevamente el trámite al CNE para que conozca y resuelva sobre la objeción, únicamente de Arboleda y Freire.

André Benavides, constitucionalista, cree que tanto las resoluciones del CNE como los fallos del TCE, tienen que ver más con cálculos políticos que con motivaciones jurídicas. Asegura que las acciones que desde allí se toman, están relacionadas con el ánimo de las encuestas.

¿Elecciones aplazadas?

El analista advierte que esta suerte de ‘toma y daca’, afecta a la seguridad jurídica y pone en riesgo el mismo proceso electoral, pues a poco más de dos meses para las elecciones, el CNE no define qué rostros estarán en la papeleta de presidenciables.

Aunque ve como un escenario poco probable, Benavides incluso habla de que podría posponerse la primera vuelta de las elecciones, prevista para el 7 de febrero próximo.

El CNE prevé mandar a hacer las papeletas hasta mediados de este mes.Sin embargo, el jurista advierte que si eso ocurre, la Corte Constitucional podría entrar a analizar el proceso y pedir la destitución directa de los vocales del CNE.

Crisis institucional

Lo que ocurre entre el CNE y TCE, es muestra de debilidad institucional, asegura Alejandro Zavala, analista político. Él coincide con Benavides al asegurar que las medidas de ambas instituciones responden a cálculos políticos.

Dice además que, bajo la premisa de garantizar la participación política, las autoridades electorales cumplen a medias con las leyes que rigen el proceso de comicios. (FLC)