En Santo Domingo de los Tsáchilas no se han presentado novedades en el interior de la cárcel Bellavista y la seguridad continúa a cargo de las Fuerzas Armadas.
Sin embargo, en la parte externa todavía llegan varios familiares para protagonizar medidas de resistencia y exigir noticias de las personas privadas de libertad.
Ayer, martes 18 de junio, se realizó el último plantón. La convocatoria no tuvo mucho respaldo, pero quienes participaron se mostraron preocupados porque no saben en qué condiciones se encuentran los reos.
“Han pasado cinco meses y no sabemos nada de ellos. Decían que habían instalado cabinas, pero hasta el momento no recibimos ninguna llamada”, manifestó una madre de familia.
Con carteles en mano, pedían la reapertura de visitas, aunque sea una vez al mes. Otra de las preocupaciones expuestas se centraba en la alimentación, pues temen que no coman correctamente.
“Antes veníamos a donar comida, ahora ya no permiten eso. Queremos que ellos estén bien y les permitan hacer una llamada, también son seres humanos”, dijo una de las participantes.
Nada cambia
Los filtros de control continúan ejecutándose en los lugares habituales para evitar el ingreso clandestino de armamentos, sustancias sujetas a fiscalización y otros artículos prohibidos.
El representante de las Fuerzas Armadas confirmó que el personal permanece en el centro carcelario y sobre todo que no se han reportado riñas en ningún pabellón.
El gobernador Miguel Quezada afirmó que ya se ha contratado una empresa para que provea alimentos a los privados de libertad, y puntualizó que nunca pasaron hambre. (JD)