FRANCO LOYOLA
«Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.» Romanos 5:6-8
Moriría usted por alguién? Es posible que si! Yo lo haría por mi esposa, mis hijos o mis padres. Los soldados dan su vida por la nación y muchos siervos de Dios han dado su vida por causa del evangelio. Pero, daría usted a su hijo para que muera por alguién? Lo entregaría para que lo maten para que otros se salven? Pienso que no. En el versículo antes mencionado se nos dice que Dios Padre envió a su propio hijo, a su unigénito, al Señor Jesucristo, a Dios el hijo, para que de su vida por usted y por mi.
Por qué lo hizo? Para demostrarnos su amor! Es que nos amo tanto que «…ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.» (Juan 3:16) Qué debemos hacer nosotros para ser recíprocos a un amor tan grande? Debemos aceptar a Cristo como nuestro Salvador, confiar en Él, creer sin dudar que Él murió y que al tercer día resucitó y que Él es el único que puede salvar, Él mismo lo dijo: «… Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.» (Juan 14:6)
La salvación no es por obras, por bautismo o por religión, es solamente por la fe en quien dio su vida por nosotros. No es tan difícil entenderlo verdad? Entonces por qué mucha gente sigue sin aceptar ésta verdad? Se lo digo, porque prefieren seguir sus propios caminos, sus propias conclusiones, sus propios métodos y sus propias tradiciones! Lo que yo veo en la Biblia y se lo comparto es esto: «El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.» (Juan 3:36)