JORGE ZAMBRANO ANDRADE
Las deudas no pueden seguir creciendo engañando al país. Los deudores también tienen que tener garantías. Si no se puede controlar el poder de pago de las personas, se traduce en un fenómeno que es la cartera vencida de los bancos. Si esto no se controla puede ocasionar un colapso en la economía familiar, al colocar a la mayoría de las personas en un estado de insolvencia.
Este error craso fue el origen de la quiebra de los bancos americanos, la mayor parte de los recursos económicos estarían destinados al simple pago de intereses, sin que en ningún caso se vea reducido el monto principal de la deuda. Apalancar la solvencia con cuentas por cobrar incobrables es una falsedad.
El egotismo de las instituciones de crédito, ven al usuario, como una mera mercancía o producto que incrementa sus ganancias. Establecer un límite en el crecimiento de lo adeudado a cargo del usuario que le permita negociar su deuda y saldarla.
Asimismo, evitar que se incremente y a la vez fijar un parámetro que le permita a la institución bancaria, recuperar el valor total del crédito otorgado e impedir el crecimiento descontrolado por la acumulación de intereses. Para ser beneficiario, los interesados tendrían que probar que el monto de los pagos mensuales de la deuda contraída es inferior al 20 % de su ingreso mensual.
El órgano encargado de la aplicación de la ley sería la junta Bancaria en defensa de los usuarios de Servicios Financieros. La importancia de establecer como un derecho de los usuarios la posibilidad de congelar los créditos y renegociarlos, para evitar su crecimiento y con ello proteger la economía familiar.
La vulnerabilidad del sistema financiero, estriba en el indiscriminado uso que se le ha dado al otorgamiento de créditos al consumo, que no corresponde con el poder adquisitivo y de pago que tiene la mayoría del consumidor.
Negativa es la investigación para otorgar créditos a personas que en su mayoría apenas cuentan con recursos suficientes para sobrevivir y no están en condiciones de endeudarse, puesto que su capacidad de pago es, en la mayoría de los casos, inestable.