Camino a la Consulta

XAVIER MORÁN FERNÁNDEZ

Crecí como muchos de ustedes estimados lectores, con un común denominador en el entorno cuando las personas hacían referencia al actuar político: con tal de que hagan obras no importa que roben, hoy sigo escuchando lo mismo, pero con un valor agregado, de que a todos nos encanta el dinero y por ende somos corruptos.

Algo malo y grave está pasando en nuestra sociedad, a más de la apatía y poca capacidad de reacción ante los bullados casos de corrupción, es de admirarse que en ciertos eventos sociales se rinde pleitesía y reconocimientos a quienes hasta no hace mucho tiempo atrás a más de atracar y robar dineros públicos, manejaron la administración pública como si se tratase de su propiedad, con abuso, descortesía y prepotencia; los ciudadanos de a pie impávidos no nos damos cuenta que quienes tenemos el poder somos nosotros, y nos negamos a utilizar herramientas que la misma CPE nos faculta para poner un alto a estos abusos y atropellos de malos representantes, entre ellos está el recurrir a una consulta para liberarnos del yugo opresor denominado politiquería, misma que ha sido propuesta por el actual Presidente y que debemos apoyarla dejando de lado ideologías y banderas políticas, porque la nación se nos derrumba.

Pero porque es necesaria una consulta en estos momentos, pese a los argumentos críticos e interesados que surgen desde la misma bancada oficialista, estimados lectores; el tiempo, espacio y la coyuntura que estamos viviendo así lo demanda y existen tres factores importantes que son: restaurar la democracia, rescatar sobre todo la autonomía de los poderes del Estado, y fortalecer nuestra institucionalidad.

La situación que en la actualidad estamos viviendo es crítica y debemos dar respuestas rápidas pero eficientes, el tiempo es demasiado corto para subsanar del todo el mal que hemos heredado de la mal llamada década ganada, más aún cuando palpamos que en las diversas entidades del estado y entes de control siguen enquistadas las huestes fieles al ex presidente.

Somos la mayoría honestos, buscamos el bienestar, el progreso; pero trabajando no robando.

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