El millonario

Eduardo Naranjo Cruz

Estos días hubo una ‘filtración’ en las redes, mostrando la riqueza artística del multimillonario cuencano Jorge Eljuri. Las fotografías divulgadas y el texto de un especialista muestran y explican cantidades de objetos de arte como: pinturas, esculturas, artefactos precolombinos de oro, muebles y más e incluyen lujosas mansiones decoradas al estilo oriental con mucho pan de oro.

Es el caso de un descendiente de la migración extranjera, que en algún momento llegó a este territorio y que hizo fortuna a través del comercio, como muchos árabes libaneses y judíos que arribaron a estas tierras de conquista en un momento apropiado. Se conoce más de un centenar de ellos; unos reinvirtieron y crearon fuentes de trabajo, otros dejaron sus fortunas para beneficio social y otros cogieron el dinero amasado y se fueron a países prósperos como Estados Unidos, llevándose todo el oro bien o mal habido. La verdad es que, cuando se amasa fortuna llega el poder y con él se puede todo, conocemos varios casos de impunidad y ahora más que nunca los nuevos ricos usarán la misma estrategia.

Volviendo al tema inicial, la circulación de estas fotos tiene varias interpretaciones; se dice que su hijo Jorge Juan controla unas 200 compañías y que son accionistas de más de 16.000. Se mencionan más de 800 pinturas de famosos artistas, muebles, entre los que luce un escritorio de Napoleón III, con una plancha de 10 centímetros de lapislázuli, adquiridas en varias subastas en las galerías Sotheby’s y Christie‘s de Nueva York. Se lo menciona como uno de los grandes coleccionistas del mundo, superado únicamente por el sultán de Brunei. Sería confortable que, en un momento de altruismo, esto se convierta en un museo para beneficio del público. El país lo recordaría positivamente.

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