POR: LIBER ANDRADE SALAZAR
En la Constitución de 2008 se irradió con más fuerza el tema de la Cultura, al punto que en el Art. 66.24 se redactó que las personas tenemos derecho a participar en la vida cultural de la comunidad. En noviembre de 1991 se instituyó mediante Ordenanza Municipal el Mes del Arte y la Cultura en Santo Domingo, es decir, el cabildo hizo el esfuerzo para que sus habitantes expresemos a plenitud las fortalezas respecto de las expresiones culturales dentro del marco de la diversidad, en la mira de amalgamar la multiplicidad e interacción de costumbres, religiones, lenguas, y modos de vida de todas las personas que han nacido y vivimos en esta ciudad, sea de otras provincias y nacionalidades.
En tal virtud la Municipalidad ha programado varias actividades y a pocos días del culminar el mes, la asistencia de quienes vivimos en este rincón de la Patria no ha sido mayoritaria, quizá por nuestra falta de madurez al ser un derecho pero no una obligación, pues más atención prestaríamos a un partido de fútbol donde hay que pagar un valor por entrada frente a un concurso de literatura, pintura, teatro, aunque sea gratuito. O puede deberse a que los actos culturales no logran sintonizarse o planificarse de acuerdo al público de niños, niñas, adolescentes, juventud, adultos, tercera edad, colectivos y nacionalidades.
De todas formas, la recomendación es que a futuro, todas aquellas manifestaciones de cultura sean parte del vivir diario, orientadas desde el núcleo familiar, del sistema nacional de educación, salud y así las instituciones y gestores culturales sean interlocutores válidos entre el pueblo y la cultura; y de esa manera seguir fortaleciendo la construcción de la identidad santodomingueña que mucha falta nos hace para crecer como ciudad y provincia.