Los niños, nuestro presente

POR: XAVIER MORÁN FERNÁNDEZ

“Más allá de la inocencia que refleja la mirada de un niño, se deslumbra la pureza y grandeza del ser humano”

Ante tanta violencia, maltrato y abuso que han sido y siguen siendo objeto nuestros niños, adolescentes y jóvenes, debemos todos quienes formamos parte de una sociedad civilizada, tomar cartas en el asunto y asumir con responsabilidad el irrestricto deber que tenemos hacia ellos, que es el velar por su integridad, su seguridad, su armonía y sobre todo que se desarrollen en un entorno en donde haya algarabía y mucho amor.

Según estadísticas recientes cuatro de cada diez niños han sufrido algún tipo de maltrato dentro de su entorno, de las denuncias receptadas en Fiscalía por delitos de violación, mínimo 4 de estas tienen como víctimas a niños menores de ocho años, 14% de nuestras adolescentes que fluctúan entre los 14 y 17 años han tenido un embarazo, en las aulas escolares uno de cada cinco menores sufre maltrato de parte de su docente, los índices de drogadicción, consumo de alcohol y suicidios en nuestros adolescentes y jóvenes sigue siendo elevado.

Conciudadanos lo peor, calamitoso y alarmante de todo esto es que la mayoría de vejaciones, maltratos y abusos que han sufrido especialmente nuestros niños y adolescentes se da en sitios que deberían ser 100% seguros para ellos (hogar, escuela, iglesia, etc.) y por personas que están para brindarles confianza y seguridad (familiares, docentes, curas, etc.).

Nuestra tan cacareada Constitución tiene un manifiesto sorprendente en cuanto a los derechos de nuestros niños y adolescentes, basta revisar los artículos del 45 al 46, y nos daremos cuenta que dista mucho del léxico legal estipulado en nuestra carta magna, a lo que en realidad está sucediendo con ellos hoy en día, en donde todos somos corresponsables.

La pregunta no es que hacer, sino dar respuestas inmediatas a esta lacra presente en nuestra sociedad, entre ellas debemos tomar conciencia, desterrar la corrupción e impunidad y ante todo y sobre todo educarnos y educar a nuestros niños, adolescentes y jóvenes, ya que ellos son también nuestro presente.

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