Pese a todo, si, a la consulta

ORLANDO AMORES TERÁN

Después de escuchar a Mangas, la ausencia del procurador, fue planificada. No hay diferencia entre los seguidores del innombrable y los del actual, solo se cambiaron de casa; los muebles parlantes, son los mismos. Por tanto, no podemos someternos a la estrategia de lucha contra la corrupción que proponga el régimen.

La Mesa de la Convergencia y las demás organizaciones sociales, deberían mediante asambleas generales, asumir los enjuiciamientos en contra del innombrable por peculado; por inducción a engaño a los jueces que sentenciaron a varios denunciantes; por encubrimiento de asociación ilícita, cohecho, concusión y enriquecimiento ilícito.

Para ello, deben aprobar en la misma asamblea general, los correspondientes textos de las denuncias, a fin de evitar la persecución personalizada, a los dirigentes que cumplen las resoluciones de las asambleas. Por ello les fue fácil perseguir a valientes denunciantes individuales: Villavicencio, Jiménez, Carrión, Chambers, Bonil, Vera, Ortiz, Hinostroza, Palacio, Calderón, Zurita, Dotti, Vivanco, Zamora, a los miembros de la Comisión Nacional Anticorrupción; pero les va a ser extremadamente difícil, perseguir a todos los miembros de los colegios profesionales, de las cámaras de la producción, asociaciones, partidos políticos.

Por su parte, al mandatario le corresponde iniciar acciones de repetición contra el procurador, por cada juicio que le ha hecho perder al Estado ecuatoriano, y por haber incurrido en causal para que se declare el abandono dentro del proceso que se sigue a Glas, lo cual impide al Estado, demandar reparación en éste caso.

En las actuales circunstancias, la Consulta Popular resulta una simple válvula de escape, para evitar un estallido social: no obstante, hay que entender que si gana el NO, se afianza en sector castro-narco-comunista, servil al innombrable, gestor de la ignominiosa década. Con toda la repugnancia que provoca la confirmación de lo que sabíamos y sospechábamos, hay que hacer campaña por el SI, que es el único resquicio que nos queda, para impedir una acelerada venezolanización. [email protected]