A desatar cabos

XAVIER MORÁN FERNÁNDEZ

El dictamen emitido el miércoles 13 del presente mes de parte del Tribunal Penal de la Corte Nacional de Justicia, en la cual se sentencia a la purga de 6 años al señor Jorge Glas E., su tío y seis personas más por el delito de asociación ilícita, por el caso Odebrecht, marca un escenario único en la historia de nuestra República; se ha escuchado el gran llamado y pedido de la colectividad ecuatoriana, para que no solo se desenmascare esta gran trama de corrupción instaurada desde las más altas hasta las ínfimas esferas del poder en el gobierno de la mal denominada “Revolución Ciudadana”, sino que se sienten verdaderos precedentes y que aquellos que hayan sido copartícipes de esta lacra social, no solo reciban el peso de nuestra ley, hay que hacerles devolver el último centavo que con sus uñas largas auparon, ya que a más de perjudicar al Estado, ese dinero es nuestro y debe ser destinado a solucionar problemáticas sociales que nos aquejan.

Los ciudadanos a más de aplaudir esta acción de parte de los representantes de la justicia, debemos exigir a la Fiscalía para que profundice las investigaciones en delitos referentes a concusión, cohecho, tráfico de influencias, peculado, delincuencia organizada, testaferrismo y lavado de activos, que se determinaron en la sentencia, a más que debemos conocer que aquellos son imprescriptibles y tienen un máximo de pena de 13 años, ya que el daño no solo lo han realizado a la sociedad adulta actual sino también a nuestras nobeles y futuras generaciones, entre las cuales están nuestros niños, nuestros hijos, nuestros jóvenes.

Esperemos que este acto sea el punto de partida para investigar y procesar luego de un justo juicio, a personajes que con sus alevosía, prepotencia y tozudez, pensaron que nunca se les haría indagaciones respecto a la forma en que administraron nuestros dineros y bienes públicos, es hora de erradicar estos males sociales, pero el compromiso nos atañe a todos, bien por la justicia, a la cual debemos recuperarla y desatarla de la infame politiquería.

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