ÁNGEL MIGUEL RAMÓN
El aceite de coco es una combinación de acidos grasos de cadena media que hasta hace poco tiempo fue desprestigiado por las grandes empresas elaboradoras de otros aceites vegetales, pero gracias a las últimas investigaciones, los científicos confirman los beneficios de este producto para la salud.
El aceite de coco es uno de los pocos aceites de origen vegetal rico en grasas saturadas, con un 90% en su composición, de tal forma que los nuevos estudios mencionan que el uso de las grasas saturadas en la alimentación son inofensivas y está demostrado que no existe relación alguna entre su consumo y el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, como le han hecho creer a la gente.
Además, el aceite de coco no contiene las grasas saturadas que se encuentran en las carnes, lácteos, aceites vegetales y otros alimentos, ya que este aceite contiene triglicéridos de cadena media, el mismo que se metaboliza de manera diferente a los ácidos grasos de cadena larga, pasa directamente al hígado desde el tracto digestivo, donde es metabolizado como fuente de energía o se convierten en cuerpos cetónicos que tienen efectos terapéuticos en el cerebro de los pacientes con epilepsia o el Alzheimer, y otras patologías neurodegenerativas.
Beneficios del aceite de coco. Acelera el metabolismo para controlar la obesidad, la diabetes, la hipertensión arterial, resistencia a la insulina, cardiopatías, Alzheimer, párkinson, entre otras, controla el apetito debido a los cuerpos cetonicos que se forman. La ingesta de aceite de coco reduce los triglicéridos, el colesterol total, el LDL y aumenta los HDL, mejora la coagulación y los antioxidantes de la sangre y disminuye los riesgos de contraer enfermedades cardiovasculares a largo plazo.
En los pacientes de Alzheimer, parece que el cerebro pierde la capacidad de utilizar la glucosa como energía y los cuerpos cetónicos pueden proporcionarle esta energía.