Después del poder

XAVIER MORÁN FERNÁNDEZ

Tristes horas esperan a quienes tras permanecer en el poder hicieron y deshicieron del mismo sin importarles de por medio el daño que no solo marcaron en las familias de los agraviados, sino de aquellas heridas incurables que están a flor de piel en la sociedad: divisionismo y luchas de clases, sin lógicas ni fundamentos. Tal vez rodeados de la nube lisonjera olvidaron que uno de los baluartes que mantiene en pie y ha sido pilar del progreso de toda sociedad, ha sido, es y será la justicia, que aunque permanezca maniatada, humillada y en muchas ocasiones violada, más temprano que tarde recupera su ruta, nobleza y esplendor para implantar y hacer valer el principio y el fin de un derecho.

Enumerar aquellas vejaciones a la Justicia que se cometieron en la última década, será no solo hoy sino en lo posterior materia de interés y análisis, por los múltiples atropellos sistemáticos que se fueron cometiendo con la complicidad, conocimiento y aprobación de altos jerarcas de casi la mayoría de los poderes del Estado.

Podemos iniciar los mismos con el bullado caso de los pativideos, hecho que no solo ha quedado en la retina de la gente por el mero hecho de causar conmoción social, aún está en la incertidumbre ciudadana qué mismo sucedió con el exasesor Quinto Pazmiño, posterior a su muerte queda un vacío en el no saber por qué mataron tiempo después a su esposa, quien antes ya había sufrido un intento de asesinato, y que decir del vil asesinato del periodista Fausto Valdivieso.

Nadie olvida tampoco por donde se escondió la droga que llegó a Europa en las valijas de la cancillería, delito que dejó mal parado el nombre de nuestra nación, más aún si en aquellos tiempos se pregonaba a viva voz la soberanía; y la ética, los valores, principios y buenas costumbres estaban “recién” empezando a sembrase en esta sociedad tan venida a menos.

El caso Balda y pronto el del Gral. Gabela, a muchos llevará a la picota, quienes ostentaban el poder hoy yacen asustados.

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