Sustancias sujetas a fiscalización

Desde el 10 de agosto del 2014 que entró en vigencia el COIP se ha desatado el tráfico ilícito de sustancias sujetas a fiscalización, para lo cual los traficantes se ingenian muchas formas y técnicas para no ser detectados, pero nuestra policía está preparada para arremeter contra el crimen que acaba con la salud de la humanidad y de hecho con la paz social.

¿Por qué la diferencia de antes y después de la vigencia de esta nueva ley?…sencillo, porque antes no estuvo regulada la cantidad por escalas; pues la misma pena drástica correspondía al que le encontraban con pequeñas dosis o con una tonelada; mas ahora las penas se han regulado de acuerdo a la cantidad del alcaloide; así tenemos que en la primera escala la pena es de 1 a 3 años; la mediana escala se sanciona de 3 a 5 años; la alta escala se sanciona de 5 a 7 años, y, la gran escala con una pena de diez a trece años de cárcel , pero esto no quiere decir que los de mínima escala se salvan debido a sus cantidades pequeñas…esto no es así…todos son detenidos y puesto a órdenes del fiscal y juez para ser procesados, sentenciados y condenados a la pena que les corresponda de acuerdo con la ley y la cantidad de droga.

La ciudadanía debe saber y entender que las cantidades pequeñas de droga por insignificantes que sean, llevan a la cárcel a los tenedores. Se debe aclarar que las cantidades máximas admisibles para el consumo se dividen por decir, así: marihuana (10 g.), pasta base de cocaína (2 g), clorhidrato de cocaína (1 g), heroína ( 0.1 g), pero de todas maneras estas personas que tengan en su poder estas mínimas cantidades también serán detenidas y luego de la investigación fiscal y una engorrosa tramitación que demuestre ser consumidor se extinguirá la acción; es decir, nadie se libera de la cárcel, a no ser que sean menores de edad y por tanto inimputables.

Ahora bien, hemos de entender que las adicciones son problemas de salud pública. Al Estado le corresponde desarrollar programas de información, prevención y control del consumo de alcohol, tabaco y sustancias estupefacientes y psicotrópicas, así como ofrecer tratamientos de rehabilitación a quienes hayan caído en la desgracia del consumo.

Podemos advertir que esta nueva ley permitió que nuestras calles estén llenas de personas vendedoras y consumidoras. ¡ qué desgracia!

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