Luis Muñoz no pudo ganarle la guerra a la muerte y su último respiro se dio ayer por la mañana en la casa de salud donde se encontraba internado a causa de las múltiples heridas que le dejó el choque entre el bus de la cooperativa Fénix y una volqueta.
La víctima era el oficial de la unidad de transporte que se accidentó la madrugada del jueves 6 de septiembre en la vía que conecta a Santo Domingo con Esmeraldas. Al momento del siniestro estaba en la cabina del micro, por lo que quedó atrapado entre los fierros retorcidos.
La magnitud del impacto ocasionó que le amputen sus dos extremidades inferiores, y que permanezca bajo pronóstico reservado. Sin embargo, las secuelas fueron más fuertes que la ciencia y el día de ayer sus ojos se cerraron definitivamente.
Silencio
El cuerpo de Luis fue ingresado al Centro Forense para que se le realice la autopsia correspondiente. Al lugar llegó su hermano, quien, en medio del dolor, solo supo expresar que su ser querido será enterrado en el cantón El Carmen.
Uno de sus compañeros también se hizo presente, pero se limitó a decir que era una buena persona “solo puedo decir que llevaba tres o cuatro días en el bus que se chocó. Él trabajó conmigo y demostró ser un gran ser humano”, manifestó uno de sus colegas, quien prefirió no identificarse. (JD)