Más de un año ha trascurrido desde que el municipio de Santo Domingo clausuró los centros de tolerancia con la intensión de reubicarlos en un sector lejano al perímetro urbano. Sin embargo, hasta la fecha no se lo ha conseguido y los propietarios de estos negocios reportan considerables pérdidas económicas.
Actualmente son siete los centros que no pueden laborar, cuyos propietarios pretenden acogerse al derecho a la resistencia; y así reabrir los establecimientos para comenzar a generar recursos económicos para el sustento de sus respectivos hogares.
Ana Vega, representante de la asociación 3 Mayo, volvió a criticar el manejo del proceso e instó al Alcalde para que explique el porqué hay centros que están funcionando “le he preguntado muchas y no me ha sabido responder. En el área rural todos estos negocios están atendiendo”, manifestó.
Paulina Rueda se pronunció al respecto y calificó esta disposición como una violación al trabajo “existen 31 centros de tolerancia en Santo Domingo (rural y urbano), pero solo siete permanecen clausurados”, acotó.
Leticia Ortiz, presidente de la asociación de Trabajadoras Sexuales Las Barbys, dijo que esto ha desatado varios problemas entre las féminas que ejercen esta profesión “deben dejarlas trabajar para que ya no acudan a los bajos del Municipio o 3 de Julio. Hay problemas porque las chicas no las quieren allí”, manifestó.
Acción
En días pasados en varios de estos centros de tolerancia se habrían violentado los sellos de clausura, presuntamente con la intensión de abrirlos al público. Ante esta situación, ayer, se desplegó un contingente desde el Municipio para volver a colocar los sellos que ratifican la prohibición del funcionamiento de estos night club. (JD)