Kléver Viera danza frente al espejo, pero su reflejo no es él: en el espejo aparece El Fakir.
DAMIÁN DE LA TORRE AYORA
Kléver Viera danza frente al espejo, pero su reflejo no es él: en el espejo aparece El Fakir. Y no lo es por lo flaco ni porque sus huesos y carne se mueven como si no hubiesen articulaciones: es El Fakir porque parecería que vive un trance con el alma de César Dávila Andrade.
“Espacio, me has vencido. Ya sufro tu distancia./ Tu cercanía pesa sobre mi corazón./ Me abres el vago cofre de los astros perdidos/ y hallo en ellos el nombre de todo lo que amé…”, pronuncia como si fuese un ventrílocuo con los ojos perdidos.
“Sabes, Dávila Andrade pudo morir tras su suicidio, pero El Fakir, su personaje, su alma, sigue viva”, dice tras reconocer que el centenario poeta ecuatoriano ha sido generoso con él para poder crear la coreografía homónima al poemario ‘Espacio me has vencido’, obra que tuvo su preestreno en el Teatro Nacional de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE) como parte del ‘Camino a Loja’, y que es una de las producciones de estreno en el Festival Internacional Artes Vivas de Loja (Fiavl) este año.
Trabajo
El Taller Permanente de Investigación Escénica del maestro Viera generó un trabajo cual cadáver exquisito para dar forma a la obra. “A mí lo que me interesa es la acción más que el movimiento. Entonces, les pedía (bailarines talleristas) que entiendan los verbos del poema y los pasen a infinitivo, que los accionen a plenitud”, explica.
Tras ese ejercicio, los bailarines llevaban un diario, con la idea de que toda la experiencia en torno a El Fakir sea plasmada. “Igual, les tocó subrayar los verbos que ellos empleaban con la idea de que su cotidianidad en acción sea poetizada para que pueda ser puesta en escena”.
“Sabes por qué trabajé tanto con los verbos -inquiere-. Porque el movimiento es muchas veces pura alegoría”.
Viera asegura que a Dávila Andrade había que “abordarle de costado”, porque si te vas de frente “caes en alevosía”. “A los poetas les respeto, y además les tengo miedo: son durísimos. Uno debe acercarse con cuidado para entenderlos. Así me acerqué a Dávila Andrade, con todo el respeto que se merece él y la profundidad de su poesía”.
Encuentro
Viera no tiene reparos al contar que “recientemente” conoce “realmente” a El Fakir, porque pese a que de “muchacho lo escuchaba, no lo conocía”.
“El cura de mi parroquia ponía los parlantes para motivar a la gente que vaya a misa. También los ponía para escuchar algún partido de fútbol y muchas veces por esos parlantes se escuchó ‘Boletín y elegía de las mitas’. Es decir, ahí me encontré con Dávila Andrade, pero sin conocerlo, porque realmente mi apego iría a Beto Méndez, quien declama esa obraza”, recuerda.
Y ese encuentro lo reconoce como fugaz, porque “nunca seguí de cerca la obra de Dávila Andrade”, a la que considera un gran hallazgo pues se mueve al compás de la danza: “Uno debe entender que el tiempo nos traspasa y devora, y se debe ser conciente que para danzar se necesita tener conciencia del espacio: El Fakir entendió el espacio a su plenitud, por eso se rinde a él”.
La maestra
César Dávila Andrade, nacido hace 100 años (Cuenca, 5 de octubre de 1918), se suicidó en Caracas el 2 de mayo de 1967. Viera no solo se concentra en la obra del poeta, sino que también expone parte de su vida, de su muerte.
“Mira, el suicidio siempre será un tema polémico y, para entenderlo, hay que comprender primero a la muerte. Yo no hablo del suicidio, hablo de la muerte, de que desde que naces sabes que vas hacia ella. Hay que entender a la muerte como la gran maestra de la vida, hay que superar la compulsión que todos le tenemos”, sentencia con total convencimiento.
Inicio y desenlace
Viera no da por terminada a la obra: “No es que falta de concluir, sino que es como un espiral que seguirá creciendo con otros montajes y reinterpretaciones. No podemos hablar de un final, de que está plenamente acabada”.
De lo que sí habla el maestro es de los inicios. “La primera idea era tomarme la calle. Quería treparme a ese árbol hermoso y grandote que está en la CCE de Quito. Ahí tensar un cabo que me permita cruzarme por el aire la Av. 6 de Diciembre hasta el monumento de Dávila Andrade, que está junto al de Vallejo (César). Imagínate, teatralizar que me corto el cuello para luego aterrizar a los pies de El Fakir”.
“Las ideas van cambiando y siempre es por presupuesto. La plata en la cultura es escasa. Uno debe acomodarse a los presupuestos. El recibir financiamiento ($8.000) y ser seleccionados del Fiavl permitió que la obra se plasme pese a que cambien las ideas iniciales: lo que no cambia es la esencia, el sentido que le quieres dar”, concluye.
Propuesta
° La obra ‘Espacio, me has vencido’, basada en la creación poética de César Dávila Andrade, conocido como el Fakir, se presentó el pasado 15 de octubre, en Quito, como parte del Camino a Loja.
Este proyecto fue escogido entre otros 57 postulados en la nueva modalidad de selección de obras nacionales, con la que contó la tercera edición del Fiavl y recibió un financiamiento para su puesta en escena de 8.000 dólares, que son el resultado de la Convocatoria a Fondos de Creación del Festival, que impulsa el Ministerio de Cultura y Patrimonio.
La obra se estrenará oficialmente en Arte Vivas 2018. Sus presentaciones serán el 20 y 21 de noviembre de 2018, en el Centro Cultural Alfredo Mora Reyes, a las 19:00. Las entradas para esta, y el resto de obras, ya se encuentran disponibles en la página oficial del Fiavl: www.festivaldeloja.com
Perfil
Kléver Viera
° Bailarín y coreógrafo ecuatoriano. Nació en Toacazo, provincia de Cotopaxi. Tiene 44 años de trayectoria profesional. Inició sus estudios en el Instituto Nacional de Danza y años más tarde se destacó como bailarín en el elenco de la Compañía Nacional de Danza. En 1977 se mudó a México donde fundó el Ballet Contemporáneo Alternativa. En 1984 fundó la Escuela Yaradanza.; ese mismo año pasa a ser miembro fundador del Frente de Danza Independiente (FDI). Ha realizado giras por Latinoamérica y Europa.