Padre Martín Gondra Servir, no ser servidos

Padre Martín Gondra

Jesús les ha avisado que su historia humana termina mal, con mucho dolor. No le creen. Los Zebedeos quieren sentarse a su lado el día del triunfo. Siguen con la idea de victorias de reyes y mandatarios. Los otros diez se indignaron contra ellos, pero quizá por envidia, no por espíritu de servicio.

¡Cómo nos reflejan Santiago y Juan al pretender estos primeros puestos!

Nos choca la obsesión de los jóvenes por aparecer en Facebook, quizá sólo para decir que existen. Pero no sólo ellos; en esta precampaña electoral de adultos, hay fotos innumerables de cambios de partido, da lo mismo a cuál; de ideología, tampoco importa, la cosa es llegar primero y sea con quien sea de la mano. Hay que estar en la foto. Existo. Lo demás, ya se verá.

Los partidos políticos no nacen para hacer caridad precisamente, sino para llegar al poder y ejercerlo. Así debe ser. Pero lo que dificulta que nos creamos el cuento electoral son las prácticas económicas y los amiguismos de esa “vocación de servicio público”, concepto que enorgullece a los candidatos, pero no convence a los ciudadanos. El pueblo sabe, no se fía.

La autoridad legítima es necesaria, alguien tiene que mandar; el Maestro no cuestiona la gobernanza, pero nos pide vigilar su ejercicio: escuchar al pueblo para oírle, no para la foto; compartir las opiniones, atreverse a tomar decisiones impopulares por el bien común, asumir la crítica sin venganzas, valorar a las personas por encima de sus funciones y no abandonar los valores por el éxito personal.

En la Iglesia tocan tiempos de humildad y conversión al Espíritu de Jesús, y de practicarlo en la calle: dejar de ser servidos y servir para ayudar. Fuera privilegios.

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