Diana Luzuriaga Vera
¿Te has fijado en los nombres de las calles de nuestra ciudad?, se dice que para conocer una ciudad y su gente, se necesita observar, primero, sus espacios públicos.
Haciendo un recorrido por los diferentes sectores de este cantón, pude percatarme de que la mayoría de las calles y pasajes llevan nombres de ríos, países, ciudades, letras, hombres y con una marcada minoría de mujeres, en virtud de lo cual me propuse escribir este artículo, a fin de resaltar que la historia de una ciudad es representada por sus áreas comunales.
En este contexto las calles dan un sentido a la expresión colectiva, la diversidad social y cultural, además de ser el sistema de localización más común en nuestros días y en nuestra parte del mundo, por ende la importancia de que sean nombradas de forma tal, que funcionen como una plataforma para la creación de identidad y lograr una sociedad más igualitaria y justa, la tarea está, en pasar de la teoría de equidad de género, a la práctica, en acciones sencillas y concretas.
Conversando de este tema con varias mujeres y hombres, la constante fue que no se habían fijado en esta situación, sus rostros reflejaban sorpresa, y han coincidido de forma absoluta con el sentir, de que los nombres de mujeres que a nivel nacional y local han dejado su huella, deben ser perpetuados en espacios comunes, donde la población se descubre y representa a sí misma, los usos y las actividades que ahí se practican permiten determinar aspectos como el grado de integración social, los alcances de sentido de pertenencia, la capacidad de apropiación de lo público, y los niveles de democracia obtenidos.