El dolor se apoderó del recinto Libertad del Toachi. Muchos de sus habitantes llegaron para acompañar a la familia de Stalin Ramírez, de 32 años, el chofer del bus de transporte interprovincial que falleció cuando la unidad chocó contra un camión que transportaba bloques en la vía a Quinindé.
“El día que yo me muera, Santo Domingo se paralizará”, dijo en algún momento a su tía el ahora occiso y así fue. Sus compañeros de trabajo llegaron al velatorio y muchos de los habitantes de Libertad del Toachi y de la cabecera cantonal también lo acompañaron. Cariñosamente lo conocían como ‘Mala gana’, según dijeron sus amigos y parientes.
Preocupada
Su madre, Beatriz Villagrán, siempre se quedaba intranquila cuando su hijo salía de una provincia a otra en el bus de pasajeros.
“La última vez que hablé con él fue el día antes del accidente. Le pedí que conduzca con cuidado, que estaba lloviendo mucho y el peligro acechaba en las carreteras. La siguiente noticia que tuve es que había muerto en el choque”, dijo con la voz entrecortada.
Ahora sus cinco hijos, todos menores de edad, quedan sin padre pero con la certeza de que siempre fue un hombre trabajador, que disfrutó ser chofer y siempre quiso lo mejor para su familia.
En Libertad del Toachi, al fondo de la propiedad de su madre, construyó una casita con sus esfuerzos y ahorros, donde ahora lo recordarán como un buen padre, esposo e hijo. (ARR)