Reglamento de Banecuador

EDUARDO CHIRIBOGA APONTE

La tremenda crisis que atraviesa el sector palmicultor, y que ya se avizora para el cacaotero, debe poner en alerta al Gobierno. El corazón del sector aceitero, es decir, la zona de Quinindé, ya se encuentra devastada, y esta letal enfermedad denominada PC o pudrición del cogollo, avanza hacia La Concordia y hacia el sur. Y si no se llega a demostrar de manera fehaciente que la resiembra con la variedad de la palma híbrida es una opción, además de no mejorar sustancialmente el precio al productor, este importante sector agrícola, del que dependen laboralmente cerca de 150.000 empleos, en pocos años desaparecerá.

La opción de que el agricultor se encamine hacia el cambio de su cultivo, va necesariamente por un reforzamiento en la capacidad operativa y en recursos que el Estado debe proporcionar a la banca pública. De seguro, haciendo una reingeniería de los gastos en el sector público, o canalizando recursos del exterior a interés no mayor al 5% para que el productor pueda ser competitivo, además de un asesoramiento por parte del Ministerio de Comercio Exterior en lo referente a mercados externos, debería ser la preocupación mayor del Presidente Moreno y de su equipo de trabajo, para brindar un mañana al agro ecuatoriano.

Ahora bien, el cambio de cultivo para un productor promedio se imposibilita con el techo reglamentado en Banecuador que es de 150 salarios básicos, suma que es demasiado pequeña para que un agricultor pueda lograr eficiencia en su emprendimiento. Y si bien, el SRI acepta el cambio del pequeño productor al sector de las Pymes, sale siendo evidente que el volumen de ventas no puede llegar inicialmente al exigido en dicho reglamento. Absurda contradicción que urge corregir.

Sale siendo obvio, que el Directorio de esa importantísima institución financiera tiene que actuar con diligencia, sobre todo, en casos de extrema emergencia como el descrito, y prepararse para los casos de otros sectores agropecuarios que vendrán. Hacemos votos para que los problemas y sus soluciones, que tradicionalmente exponemos en este espacio, no caigan en saco roto, por el bien del país. [email protected]