Los fines de semana se incrementan las labores de control en la provincia, debido a que el movimiento nocturno merece más atención por los incidentes que suelen presentarse. En este ámbito, las fiestas clandestinas y los libadores en la vía pública se han convertido en una problemática que las autoridades buscan controlar.
Solamente en el último fin de semana se retiró a casi 1.300 libadores de las calles. Además, se intervino en una fiesta clandestina, donde había unas 60 personas entre ellos, tres menores de edad, así lo informó Rodrigo García, gobernador de la provincia.
Él expresó que creían que las fiestas ya habían parado pero al parecer se piensan retomar, fue enfático al decir que van a parar este tipo de actos que perjudican a los menores. “Vamos a poner mano dura y orden”, dijo García también al referirse a los libadores, pues aseguró que no tienen inconveniente en que se estacionen en la avenida Quito para ingresar a los locales y luego se retiren pero no permitirán que estas personas conviertan las calles en una cantina pública, causando malestar a los moradores del lugar.
Fausto Buenaño, comandante de la Policía también se refirió a este problema y dijo que se trabaja en conjunto con las demás instituciones del orden para controlar la diversión nocturna. (VG)