Infamia

ORLANDO AMORES TERÁN

En 1995, un sujeto afirmó por la prensa que una pareja de cónyuges le injuriaron. Como la señora jamás dijo nada, lo acusó por injuria. El sujeto presentó editoriales escritos por el cónyuge de la señora. La Corte, por los editoriales, calificó maliciosa y temeraria la acusación.

En apelación, se confirmó la sentencia, se negó la Casación y el Recurso de Hecho. En base a esa resolución violatoria de DDHH, el sujeto inició 3 juicios contra la señora: «injurias»; «perjuicios»; y «daño moral». La sentenciaron a 3 meses de prisión. En apelación le condenaron a 15 días, le negaron Casación, Recurso de Hecho y suspensión de sentencia por embarazo. El persecutor hizo ejecutar la sentencia, provocando el aborto y muerte del niño. Aún cuando el Tribunal de Garantías Constitucionales, no era competente, mediante Amparo, exhortó a la Corte a cumplir las normas constitucionales; poniendo en evidencia las vulneraciones.

El 2011, el pago de «daños» al persecutor, fue declarado jurídicamente ineficaz, por vulnerar garantías contempladas en las Constituciones de 1978, 1998 y 2008. De esa resolución, el sujeto presentó Casación, rechazada por Corte Nacional; Acción Extraordinaria de Protección, rechazada por Corte Constitucional, por no existir inconstitucionalidad. Con esas tres resoluciones, la señora propuso Daño Moral, en contra del persecutor. Éste sujeto, pese a que fueron archivados los juicios de daño moral y perjuicios, «reconvino por daño moral». Se aceptó la contrademanda y ordenó se indemnice al persecutor, vulnerando el derecho al debido proceso, en la garantía a no ser juzgado más de una vez por la misma causa y materia.

En alzada se confirmó la inconstitucionalidad. La señora planteó Casación que fue inadmitida; interpuso Acción Extraordinaria de Protección, inadmitida por la CC, el día que contestaron al Cpccst, los cargos de su destitución. Hoy, la víctima debe «indemnizar» a su persecutor, del patrimonio de sus hijos y nietos, para satisfacer una aberración jurídica. ¡Repugnante justicia!

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